Charlando con José Luis Curbelo, presidente de COFIDES

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«El Fondo de Recapitalización de empresas afectadas por la COVID-19 (FONREC) ha culminado su periodo de inversión con la aprobación de 779 millones de euros a 89 empresas con 37.000 empleos directos”.

“Aunque Latinoamérica seguirá siendo la región principal para COFIDES, esperamos contar con una mayor presencia en regiones con buenas expectativas de crecimiento como Asia y África”.

“Aspiramos a crecer en aquellos proyectos que apuestan por la sostenibilidad, como las energías renovables, la eficiencia energética o la economía circular”.
 
COFIDES es una sociedad público-privada que gestiona fondos del Estado (Secretaría de Estado de Comercio, adscrita al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo), así como recursos propios y de terceras instituciones con varios objetivos: internacionalización de la economía española, promoción del desarrollo económico y refuerzo de la solvencia de las empresas afectadas por la COVID-19. COFIDES gestiona los fondos FIEX, FONPYME, FONREC.

También presta apoyo a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en la gestión del FONPRODE (Fondo para la Promoción del Desarrollo), gestiona la financiación combinada de la Unión Europea (blending) y moviliza recursos del Fondo Verde para el Clima de Naciones Unidas. En su capital participan ICEX, ICO, ENISA, Banco Santander, BBVA, Banco Sabadell, ENISA y CAF (Banco de desarrollo de América Latina).

José Luis Curbelo, un profesional con una larga trayectoria, es su presidente desde 2018, comenta en esta entrevista con la Newsletter sobre Proyección Exterior de la Economía Española la evolución reciente de la empresa, y sus planes y prioridades cara al futuro.

  • ¿Cómo está adaptando COFIDES su estrategia a la coyuntura económica derivada de la respuesta a la pandemia?

COFIDES adaptó sus procedimientos internos en respuesta a las dificultades que empezaron a experimentar sus clientes debido a los efectos de la pandemia. Las empresas que arrastraban problemas prepandémicos pudieron optar a refinanciaciones o aplazamientos de deuda de acuerdo con las prácticas habituales de COFIDES para abordar la morosidad.
Por otro lado, las compañías que contaban con buena salud financiera, pero resultaron afectadas por la COVID-19, se pudieron beneficiar de un procedimiento abreviado. La buena noticia es que el nivel de utilización de esta línea fast track ha sido relativamente bajo.

Además, a COFIDES se le ha encomendado la gestión del Fondo de Recapitalización de empresas afectadas por la COVID-19 (FONREC). Dotado con 1.000 millones de euros, es un fondo enfocado en fortalecer la solvencia de empresas medianas perfectamente competitivas que se han visto afectadas por la crisis generada por la pandemia, con el fin de contribuir a su recuperación. El fondo ha culminado su periodo de inversión con la aprobación de inversiones por valor de 779 millones de euros a 89 empresas , que dan empleo directo a 37.000 trabajadores,  El intenso trabajo realizado por COFIDES no ha hecho más que empezar. Seguirá trabajando para apoyar a estas empresas, acompañándolas en su actividad durante los años que duren las inversiones en su camino a la rentabilidad y favoreciendo que consoliden su rentabilidad y competitividad y, con ello, a la recuperación de la economía. COFIDES continuará gestionando la cartera con la doble aspiración de acompañar a las empresas en su proceso de estabilización y crecimiento y recuperar la financiación pública aportada.

  • COFIDES tiene en funcionamiento un acuerdo con el State General Reserve Fund (de Omán). ¿Qué objetivo tiene este acuerdo? ¿Está ofreciendo resultados positivos? ¿Se prevén acuerdos similares en otras zonas?

COFIDES y el Fondo Soberano de Omán acordaron en 2018 poner en marcha el SOPEF, el Spain-Oman Private Equity Fund. Es un fondo de capital riesgo que apoya a empresas españolas en sus planes de internacionalización mediante la toma de participaciones minoritarias y temporales.  Está dotado con 200 millones de euros (100 millones de euros aportados por Oman Investment Authority y otros 100 por COFIDES a través del FIEX) y lo gestiona MCH Private Equity, una de las gestoras privadas nacionales con más prestigio en el sector del capital riesgo.

El Fondo ha invertido en siete empresas españolas que se caracterizan por su innovación y liderazgo en su segmento de actividad y está previsto que cierre el periodo de inversión en los próximos meses. Esta colaboración está resultando muy satisfactoria para los objetivos estratégicos de ambas instituciones.

  • ¿Los MoUs firmados recientemente con los Fondos Soberanos de Abu Dhabi (Mubadala) y Catar (Qatar Investment Authority) se enmarcarían en esta estrategia? ¿En qué se diferenciarán del que está en marcha con Omán?

Los acuerdos recientes con Mubadala y QIA tienen un alcance más transversal que el acordado con el fondo soberano omaní. Mientras que el fondo SOPEF, dotado a partes iguales por el fondo soberano de Omán y COFIDES, tiene como objetivo apoyar la internacionalización de las empresas españolas, los acuerdos con los fondos de riqueza soberana de Abu Dhabi y Qatar aspiran a atraer las inversiones de los respectivos fondos hacia empresas españolas alineadas con la estrategia de transformación competitiva digital y verde de la economía española recogida en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) aprobado por la Comisión Europea en junio del año pasado.

Aunque todavía es pronto para saber cómo pueden evolucionar en el futuro estas nuevas asociaciones con fondos soberanos que apuestan por el modelo de transformación económica de nuestro país, la experiencia y conocimiento de COFIDES resultan clave para, de forma selectiva, localizar oportunidades de inversión en España que pueden ser atractivas para financiadores a largo plazo.
Estamos pensando exclusivamente en inversiones de alcance estratégico, como las asociadas a muchos de los PERTEs actualmente puestos en marcha por el gobierno (vehículo eléctrico y conectado, energías renovables, hidrógeno renovable, agricultura sostenible, entre otros), que puedan contribuir de forma clara a la transformación de la economía española.

A través de esta fórmula de colaboración público-privada, queremos apoyar el crecimiento de empresas y la consolidación de cadenas de valor competitivas en los sectores innovadores y tecnológicos que darán forma a la economía española en los próximos años, para los que serán necesarios cuantías importantes de recursos financieros públicos y privados complementarios a los ya disponibles.

  • La Administración española ha lanzado el Plan África y la estrategia Horizonte África. ¿Está llamada África subsahariana a aumentar su relevancia cara a la internacionalización de las empresas españolas?

España está comprometida con África y esta región ha de ser prioritaria en comercio e inversión, especialmente en sectores donde hay mayor potencial de crecimiento, como son las energías renovables, tratamiento de aguas, infraestructuras, transporte de ferrocarril, puertos, agrotecnología, salud y sector farmacéutico, etc.

El continente está atravesando una gran transformación demográfica con múltiples consecuencias que, a pesar del impacto de la pandemia, ofrece innumerables oportunidades de inversión al sector privado.

Sin embargo, y a pesar de que las empresas españolas son globalmente competitivas en los sectores de crecimiento del continente, nuestras empresas están, salvo excepciones, ausentes y no son inversores habituales en esta zona del mundo. Las razones de esta reducida presencia pueden ser la percepción de riesgo elevado o la menor cercanía cultural en comparación con otras regiones (América Latina) en las que nuestras empresas se han expandido de forma natural en las últimas décadas.

En estas circunstancias, el inicio de una nueva andadura en un entorno relativamente desconocido no es fácil e invita a la colaboración público-privada y a la utilización de todos los recursos financieros y humanos disponibles. Sería deseable tanto la colaboración con las Oficinas Comerciales y las redes institucionales de nuestro país en el continente como una mayor presencia inversora privada y quizás un mayor aprovechamiento de los recursos financieros de las instituciones multilaterales, así como de las políticas de apoyo al sector privado y público que desde hace años viene impulsando la Unión Europea.

De hecho, África es para la UE la región prioritaria en términos de cooperación al desarrollo y está teniendo especial protagonismo en el uso de instrumentos innovadores como la financiación combinada (blending) y las garantías.

COFIDES, a través del Fondo Huruma y del Programa de Inversión en Energías Renovables para África Subsahariana, ha sido pionera en la estructuración de operaciones con este tipo de instrumentos innovadores y complejos, y esperamos seguir desarrollando otras operaciones en el futuro.

En resumen, pienso que, aunque el reto de incrementar la presencia de las empresas españolas en el continente africano no es nimio para buena parte de nuestras empresas, si el team Spain funciona coordinadamente, en el futuro aumentará la presencia inversora de muchas de nuestras empresas.

  • ¿Cuáles son los sectores y países a los que Cofides otorga una mayor prioridad cara al futuro?

COFIDES ofrece apoyo financiero en cualquier país, sin limitaciones geográficas. No obstante, la realidad nos dice que nuestros clientes, las empresas españolas, invierten preferentemente en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos.
Aunque Latinoamérica seguirá siendo la región principal para COFIDES, esperamos contar con una mayor presencia en regiones con buenas expectativas de crecimiento como Asia y África.

Con relación a los sectores, aspiramos a crecer en aquellos proyectos que apuestan por la sostenibilidad, como las energías renovables, la eficiencia energética o la economía circular. Como muestra del compromiso con la sostenibilidad real, COFIDES ha incorporado a su nuevo Plan Estratégico la obligación de alcanzar un objetivo anual del 30% de la cartera de operaciones de internacionalización en inversiones ‘verdes’.

 Entrevista exclusiva para Club De Exportadores e Inversores.

Club de Exportadores e Inversores: 25 años de apoyo a la internacionalización, por Antonio Bonet

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25 aniversario club exportadores
(De izquierda a derecha) Mauro F. Guillén, decano de la CJBS; Balbino Prieto, presidente de honor; Xiana Méndez, secretaria de Estado de Comerio; y Antonio Bonet, presidente del Club

En el año 1997 Balbino Prieto, nuestro presidente de honor, tuvo la iniciativa de hablar con una veintena de empresas exportadoras para buscar soluciones a los problemas que tenían en su salida al exterior. Ese fue el origen del Club de Exportadores. El objetivo era mejorar el entorno regulatorio y de apoyos a la internacionalización, facilitar el networking y el intercambio de experiencias entre empresas. No se pretendía replicar actividades que otras organizaciones empresariales ya hacían, como por ejemplo organización de misiones comerciales o formación en internacionalización, sino atender otras necesidades que las empresas exportadoras no tenían cubiertas.

El resultado, 25 años después, ha sido positivo, como se pone de manifiesto en el estudio que la empresa especialista en sondeos GAD3 acaba de terminar. Esta empresa ha realizado una encuesta sobre la percepción que se tiene del Club de Exportadores entre socios del Club, Administración Pública y medios de comunicación

No cabe duda de que el sector exterior de la economía española es muy diferente hoy de lo que fue hace 25 años cuando se fundó el Club. Entonces la exportación de bienes y servicios suponía el 23% de nuestro PIB; hoy, el 35%. El stock de inversión española en el exterior se ha multiplicado por diez alcanzando casi 500.000 millones de euros, convirtiéndonos en uno de los países del mundo con más inversión directa en el extranjero. España es, en términos relativos, un país más abierto económicamente al exterior que Francia o Italia. Los protagonistas han sido las empresas, pero me gustaría hacer una breve referencia al “granito de arena” que ha aportado el Club.

Más del 90% de los encuestados en el estudio recién realizado afirman que el Club ha contribuido a poner en valor la internacionalización, por ejemplo, a través de iniciativas como los Premios a la Internacionalización. Este año celebramos la vigésima edición. En las anteriores hemos premiado a empresas grandes y a pymes de sectores muy diferentes y con estrategias de internacionalización también muy distintas. Por solo mencionar algunos de los premiados e ilustrar estas diferencias, y sin querer quitar méritos a ninguno, citaré a algunas grandes empresas galardonadas como Acciona, Gestamp, Iberdrola, Técnicas Reunidas o Talgo, así como a algunas pymes como González-Byass, Grupo Daniel Alonso o Consultrans. Además, el Club premia todos los años a un funcionario o institución por su trayectoria de apoyo a la internacionalización. En esta categoría podría citar, entre otros, al Programa de Becarios del ICEX, a los trabajadores de ICO, Cesce y Cofides por el especial esfuerzo que realizaron durante la pandemia o a antiguos altos funcionarios como José Manuel Reyero, que fue vicepresidente del ICEX o al Embajador Jose Pedro Sebastián de Erice. Quiero resaltar, además, el apoyo que el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha prestado a estos premios desde su primera edición, presidiendo y acompañándonos siempre en la ceremonia de entrega.

El Club se siente orgulloso de haber promovido las Cumbres de Internacionalización, a las que desde su primera edición se sumaron la Cámara de España y el Foro de Marcas Renombradas. Nos sentimos muy honrados de haber contado con el respaldo de la Casa Real, que siempre ha apoyado la internacionalización empresarial. De hecho, hemos tenido el honor de contar en la II Cumbre, en el año 2012 con la presencia del entonces Príncipe de Asturias; en la tercera con la de S.M. D. Juan Carlos; y en la cuarta, que celebramos en el año 2020, de nuevo con S.M. el Rey D. Felipe. Este año, en otoño, celebraremos la V Cumbre de Internacionalización.

Uno de nuestros principales objetivos es fomentar el networking e intercambio de experiencias, para lo que el Club organiza numerosas actividades, como por ejemplo desayunos con nuestros embajadores y consejeros comerciales. Esto lo venimos realizando ininterrumpidamente desde hace casi 20 años, fruto de los acuerdos de colaboración que firmamos con el Ministerio de Asuntos Exteriores y la Secretaría de Estado de Comercio. En el mencionado estudio de GAD3, el 92% de los socios del Club consideran estos encuentros como útiles o muy útiles.

También han servido a este propósito los Grupos de Trabajo, propuestos y coordinados por una empresa socio, y de los cuales tenemos ya diez en funcionamiento. Además, han sido y continúan siendo una fuente importante de propuestas para mejorar el entorno regulatorio y la eficacia de los instrumentos públicos de apoyo a la internacionalización.

Creo que es justo reconocer que todas estas iniciativas, y otras muchas en las que no hay tiempo para detenerse, fueron ideadas y puestas en marcha por nuestro presidente de honor, cuya labor al frente del Club durante 20 años lo situó como la organización de referencia para la internacionalización de la empresa española. Y no solo en España, sino que también se nos reconoce a nivel europeo: somos vicepresidentes de CITHA, la Asociación Europea de Organizaciones Empresariales, como el Club.

Mas recientemente las recomendaciones y propuestas que plantea el Club surgen también del Comité de Reflexión sobre Internacionalización, creado en el año 2019. Este Comité ha debatido y aprobado 22 notas técnicas, que han sido elaboradas por diferentes expertos provenientes del mundo académico y de las empresas. El 91% de todos los encuestados por GAD3 considera que el Club “es un emisor de propuestas útiles para la internacionalización”.

No quisiera dejar de mencionar nuestra actividad de comunicación, que ha ido creciendo cuantitativa y cualitativamente, tal y como establece nuestro Plan Estratégico. El año pasado, por ejemplo, el Club tuvo 608 impactos en medios. Ello se consiguió gracias a las 23 notas de prensa que emitimos, a 44 declaraciones, 9 entrevistas y 20 artículos publicados. En redes sociales también ha aumentado significativamente el Club su presencia; contamos con 7.100 seguidores en LinkedIn y 7.900 en Twitter.

Antes mencionaba el espectacular crecimiento que el sector exterior ha tenido en estos veinticinco años. De hecho, la exportación de bienes y servicios fue lo que más contribuyó a sacarnos de la anterior crisis económica, la del 2008. La pregunta que ahora nos hacemos es si el sector exterior va a seguir siendo el motor del crecimiento en España.

Para que el sector exterior continúe tirando del carro son necesarias tres condiciones. La primera la tenemos: empresas con vocación de internacionalización y permanencia en los mercados. Ya lo han demostrado en estos últimos años y lo continúan haciendo a pesar de la difícil situación creada por la pandemia y la guerra de Ucrania. Pero necesitamos muchas más; en España sólo hay 59.000 empresas que exportan regularmente y de éstas únicamente 25.000 venden al exterior más de 50.000 euros al año.

En segundo lugar, necesitamos un entorno regulatorio y de políticas económicas que facilite la competitividad internacional de nuestras empresas. Hoy estamos perdiendo competitividad y no solo por tener una inflación superior a la de nuestros principales competidores, sino porque el elevado déficit y deuda pública que padecemos nos aboca a subidas de impuestos, salvo que se racionalice de forma drástica el gasto público y las pensiones. Además, es imprescindible que se acometan reformas estructurales de largo alcance que simplifiquen la burocracia y el entorno regulatorio, que faciliten que las empresas pequeñas se conviertan en medianas, que el sistema educativo forme a nuestros jóvenes en las competencias y habilidades que necesitan las empresas… Y muchas otras más que no cito por no alargar más este artículo.

Y la tercera condición para tener un sector exterior boyante es contar con políticas de apoyo a la internacionalización eficientes. Tenemos instrumentos públicos en temas de formación, promoción e información similares a los de nuestros principales competidores. Somos conscientes del esfuerzo que se ha realizado durante la pandemia. En general estamos satisfechos con lo que nuestras autoridades nos ofrecen, pero hay margen de mejora. En el caso de instrumentos de apoyo financiero, esenciales para hacer negocios en países emergentes, la diferencia con otros países de nuestro entorno es no solo presupuestaria, que lo es y bastante, sino también de agilidad en la gestión en algunos de los instrumentos y de voluntad de utilizarlos en algunos países donde nuestros competidores sí cuentan con apoyo financiero oficial.

El Club de Exportadores tiene vocación de seguir apoyando la internacionalización empresarial y de continuar haciéndolo durante otros veinticinco años. Pero además de seguir haciendo las cosas que hacemos bien, tenemos que adaptarnos a un entorno que está en constante cambio. Así nos lo han indicado nuestros stakeholders. Por solo citar uno de los retos, el 34% de los encuestados por GAD3 señalan que el Club “es una institución conservadora y que tiene que adaptarse”. Lo haremos. Para ello contamos con un equipo profesional que lleva dirigiendo desde hace muchos años de forma muy eficiente María Carrasco, nuestra secretaria general. Y contamos con el apoyo, el tiempo y la dedicación de las empresas socios, grandes y pequeñas, que son el alma del Club, y por supuesto, de nuestros socios patrocinadores, que este año son Santander, Enertech, Aon, Ico, Foce, Cesce, Propav y Cofides. Tendremos que estar muy atentos a los cambios en las tendencias, en los mercados y en las formas de hacer negocios y tendremos que adaptarnos a ello. Nuestro objetivo es que durante todos y cada uno de los próximos veinticinco años nuestros socios sigan considerando, tal como lo manifiestan actualmente el 81% de los mismos, que “el Club es muy útil o bastante útil para la internacionalización”.

Artículo exclusivo para Club De Exportadores e Inversores.

Charlando con Javier Parrondo, director general de Casa Asia

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“Es necesario focalizar y concentrar los esfuerzos en uno o en unos pocos países porque los recursos no son ilimitados para ninguna empresa”.

“Debemos de ser más constantes en la promoción del país con una presencia institucional continuada y un aumento de visitas de alto nivel”.

“El interés de nuestras empresas se ha concentrado mayoritariamente en Asia Oriental (China, Japón y Corea del Sur) y en menor media en los países de la ASEAN e India”.

“No es posible ni recomendable aislar totalmente a China de Europa y formar dos bloques porque perderíamos todos”.

Casa Asia es un organismo de diplomacia pública creado en 2001 e integrado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, la Generalitat de Cataluña y los Ayuntamientos de Barcelona y de Madrid. La institución tiene su sede en Barcelona, y cuenta con un centro en Madrid. Casa Asia se creó con la voluntad de contribuir a un mejor conocimiento y al impulso de las relaciones entre las sociedades de Asia-Pacífico y España.

Su director general, el diplomático Javier Parrondo, ha desempeñado en el pasado diversos cargos en representaciones diplomáticas españolas en el exterior. En esta entrevista para la Newsletter sobre Proyección Exterior de la Economía española habla de los planes de Casa Asia, las relaciones de España con Asia, la presencia empresarial española, la imagen de España, los países y sectores asiáticos que ofrecen mejores oportunidades, etc.

  • ¿Cuáles son las líneas estratégicas prioritarias en la actividad de Casa Asia a medio y largo plazo?

Casa Asia pretende consolidarse en España como la principal institución de diplomacia pública con la región de Asia y el Pacífico. Nuestra apuesta estratégica consiste en fortalecer los lazos entre las Administraciones públicas y las sociedades civiles de nuestro país y ese continente.

Este año hemos elaborado precisamente un Plan Estratégico que habrá de ser aprobado en el mes de julio por el Consejo Rector de Casa Asia, y que define las seis líneas principales de trabajo de la Casa, entre las que destacaría la colaboración con las comunidades asiáticas en España, que entendemos que tienen un enorme potencial de desarrollo; la digitalización, porque tras la pandemia hemos llegado a nuevos públicos a través de actos híbridos u online; y por último, la labor de asesoramiento a instituciones públicas y privadas sobre su estrategia de internacionalización hacia Asia y el Pacífico.

Es fundamental crear conciencia sobre la importancia del continente asiático entre los principales actores con intereses o voluntad de implantarse en Asia.

  • Es corriente escuchar que la presencia española en Asia es muy baja, inferior a la que correspondería teniendo en cuenta la realidad (económica, política, etc.) de España. ¿Está de acuerdo con esa apreciación? ¿Cómo valora la presencia de España en Asia, en especial su evolución en los últimos años?

Es cierto que nuestras relaciones económicas y comerciales con Asia tiene margen de mejora. Por poner un par de ejemplos: en 2020, según datos de la Secretaría de Estado de Comercio, las exportaciones españolas a Asia-Pacífico representaron el 6,9% del total de nuestras exportaciones y las importaciones, el 19,1%; la IDE (inversión directa en el exterior) española dirigida a Asia-Pacífico representó el 4,3% de nuestra IDE total. Esto resulta aún más llamativo cuando nos comparamos con otros países europeos, como Bélgica, que con un PIB de en torno al 40% del español y sin vínculos históricos con Asia, exportó a dicha región un 65% más que España.

Aun así, creo que cabe ser optimista. La crisis de 2008 forzó a nuestras empresas a internacionalizarse y muchas de ellas descubrieron el mercado asiático. Está surgiendo en este sentido una generación joven de empresarios y expertos de empresas con conocimiento de Asia y sus mercados. Muchas grandes empresas están abriendo oficinas de representación en Asia-Pacífico, porque han entendido que se trata de una región en la que las relaciones personales y la generación de una base de confianza son imprescindibles.

Conocemos mejor los mercados asiáticos y hemos comprobado que en algunos sectores tenemos productos y tecnología competitivos, como demuestra el hecho de que en los últimos años nuestras empresas hayan ganado importantes licitaciones en la región.

  • ¿Cree que el interés de las empresas españolas por Asia es el adecuado, o es todavía insuficiente?

Teniendo en cuenta que en 2020 Asia por primera vez representó el 50% del PIB mundial o que en 2030 concentrará el 60% del crecimiento económico mundial, no cabe duda de que el interés de nuestras empresas debería de ser mayor.

No obstante, se ha mejorado con respecto a la situación que teníamos hace 15 años, especialmente en lo que respecta a las exportaciones. Actualmente aproximadamente un 8% de las exportaciones españolas se dirigen a la región.
Sin embargo, en inversiones andamos muy por detrás de otros países europeos. No ha habido una apuesta clara de las grandes empresas españolas por Asia, ya que claramente han focalizado sus esfuerzos en Europa, América Latina y en menor medida Estados Unidos.

Debido a los movimientos de integración como el RCEP (Asociación Económica Integral Regional) o el CPTPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica), cada vez más se va a ver la necesidad de tener inversiones en alguno de los países que forman parte de estos acuerdos para poder aprovechar las ventajas que ofrecen los desarmes arancelarios o las ventajas de integración de las cadenas de suministros.

  • ¿Cuáles son en su opinión los principales obstáculos para promover una mayor presencia española en Asia?

Quizá deberíamos de empezar diciendo que, en los consejos de administración de las grandes empresas españolas, salvo excepciones, hay pocas personas que entiendan bien los mercados asiáticos, y esto representa un problema para que haya una apuesta más decidida hacia la región.

También es cierto que existen trámites burocráticos (en especial en los países menos desarrollados de la región) que dificultan que las relaciones sean más fluidas. La firma de acuerdos de libre comercio con países como Japón, Singapur o Vietnam tienen, además de las reducciones arancelarias, una enorme importancia a la hora de eliminar trabas existentes al comercio y a la inversión, por lo que se debería de aprovechar más este marco favorable que existe con los países con los que la UE ha firmado acuerdos.

Obviamente las diferencias culturales son grandes, pero son las mismas para todos los países de la UE o para Estados Unidos, por lo que pueden solventarse con una adecuada política de recursos humanos que contemple la contratación de personal que entienda bien la cultura local. En Casa Asia ofrecemos un servicio de empleo en el que generalmente empresas españolas buscan candidatos asiáticos, y es una de las secciones más visitadas de nuestra web.

Se suele mencionar la lejanía como uno de los factores que más dificultan nuestras relaciones con la región, pero tampoco me parece un argumento que debiera condicionar nuestras relaciones. En primer lugar, porque la digitalización nos permite un contacto mucho más fluido e instantáneo con contrapartes asiáticas, y en segundo lugar porque la distancia entre Madrid y Buenos Aires es la misma que existe entre Madrid y Tokyo.

Sí que veo como un obstáculo la dispersión que existe en Asia, porque estamos hablando de países que no tienen nada que ver entre sí. Por ejemplo, la diferencia en el PIB per cápita entre Myanmar y Singapur es de 1 a 45, y esto no se da en ninguna región del mundo. Además, los sistemas políticos, la religión, el idioma o la cultura son diferentes en cada país, y esto puede incitar a una cierta confusión.

Es necesario focalizar y concentrar los esfuerzos en uno o en unos pocos países porque los recursos no son ilimitados para ninguna empresa.

  • Por su experiencia como director de Casa Asia, ¿cómo cree que es la imagen de España en Asia, y cómo ha evolucionado en los últimos tiempos? ¿Cómo podría mejorarse?

La imagen en general es positiva, pero bastante dispersa en comparación con la que se tiene de otros países europeos y centrada más en aspectos como el patrimonio arquitectónico, la gastronomía o el deporte.

Creo que la imagen se mejora a través de actuaciones en diversos ámbitos, entre los que destacaría en primer lugar la promoción del turismo asiático, porque los visitantes de los países de la región suelen llevarse una imagen muy positiva de nuestro país. En especial, el turismo de congresos y ferias es muy relevante.

También es necesario promocionar más nuestra oferta tecnológica. Pocos asiáticos saben, por ejemplo, que España es un país líder en la gestión de infraestructuras a nivel mundial.

También debemos de ser más constantes en la promoción del país con una presencia institucional continuada y un aumento de visitas de alto nivel.

  • ¿Cuáles son en su opinión los países y sectores que ofrecen mejores oportunidades para las empresas españolas?

En primer lugar, me gustaría decir que el avance de la digitalización en Asia ha sido enorme, y la elevada utilización de plataformas de e-commerce por parte de los asiáticos es una buena prueba de ello. China ha sido el primer país del mundo en el que las ventas on-line han superado a las ventas en comercios físicos, y muchas empresas españolas de diversos sectores están intentando entrar en los principales mercados de la región a través de la venta de productos on-line.

Hay que destacar que las plataformas son diferentes a las utilizadas en Occidente (Tmall en China, Rakuten en Japón, Lazada en el Sudeste Asiático, etc.), por lo que las empresas necesitan adaptar sus estrategias a cada plataforma.
Si hablamos de sectores en los que hay mayores oportunidades, tenemos que mencionar el agroalimentario, los componentes de automoción, el químico, la moda o la energía en menor medida.

También hay que destacar que, de forma excepcional, existe una gran presencia de empresas españolas en el ámbito de las infraestructuras, agua o energía en Australia. La presencia de las empresas españolas de este sector en otros países es más reducida, pero es un buen ejemplo de lo que podemos hacer en la región.

Por países, el interés de nuestras empresas se ha concentrado mayoritariamente en Asia Oriental (China, Japón y Corea del Sur) y en menor media en los países de la ASEAN (Singapur, Malasia, Filipinas, Indonesia, Tailandia Vietnam) e India.

  • El término “desacoplamiento” se ha puesto de moda. ¿Cree que vamos hacia un desacoplamiento paulatino de las economías occidentales en relación con la economía china?

En algunos ámbitos efectivamente vamos a ver un cierto desacoplamiento, tanto por motivos estratégicos como por otras causas, como el aumento de los precios de los fletes marítimos, el acortamiento de las cadenas de suministros, o el aumento de los costes de la mano de obra en China.

También podemos hablar de un desacoplamiento tecnológico, que es un fenómeno visible en las principales economías en el mundo, incluyendo a China, la UE, Estados Unidos o Japón.

Sin embargo, se trata de una cuestión de grado, y de la misma forma que competimos en algunos ámbitos podemos colaborar en otros. No es posible ni recomendable aislar totalmente a China de Europa y formar dos bloques porque perderíamos todos.

  • En 2023 se conmemoran los 50 años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre España y China. ¿Tiene Casa Asia planeadas actividades para celebrar este aniversario?

Este es un aniversario importante y desde el Ministerio de Asuntos Exteriores me consta que le quieren dar la importancia que merece. En Casa Asia estamos trabajando en una programación especial dedicada a China, que muestre una imagen moderna de ese país, lejos de estereotipos, y que refleje de qué forma los dos países se han beneficiado de la relación bilateral.

En 2023 tenemos interés en organizar alguna exposición sobre arte contemporáneo chino, ciclos de tertulias y posiblemente una actividad que nos permita reflexionar sore el papel de China en América Latina y sus implicaciones para España.

  • ¿Qué valoración haría de estos 50 años de relaciones España-China? ¿Cómo ve las perspectivas de cara al futuro? ¿Se pueden ver afectadas por las crecientes tensiones de China en sus relaciones internacionales, en especial con la Unión Europea (congelación del CAI (acuerdo de inversiones), resolución del parlamento europeo sobre Xinjiang, etc.?

En general, las relaciones hasta la fecha han sido buenas, y cabe destacar que existen intereses comunes como la defensa del multilateralismo, la lucha contra el cambio climático o el interés en mejorar las relaciones comerciales.

Dicho esto, también hay que tener en cuenta los intereses europeos y nacionales de disponer de mayor autonomía estratégica en algunos ámbitos, o de tener una mayor reciprocidad en el tratamiento de las inversiones.

Como no podría ser de otra manera, la estrategia española tiene que estar alineada con la europea y es necesario consensuar una postura común que, aunque sea difícil de lograr en ocasiones, es la que nos permite hablar de igual a igual con China.

 

 Entrevista exclusiva para Club De Exportadores e Inversores.

Charlando con Mauro Guillén, decano de la Cambridge Judge Business School y miembro del Queen’s College de la Universidad de Cambridge

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«Europa y EEUU deberían aumentar su influencia en África, que va a ser la segunda región más poblada y tiene un potencial económico considerable. Pero lo más importante es no aislar a China, sino sentarse a la mesa y ver cómo nos replanteamos las instituciones globales». 
«La administración sigue apoyando la expansión internacional a través de ayudas crediticias, educación y apoyo a través de las oficinas comerciales en el exterior. Creo que es una estrategia adecuada. Quizás hagan falta más recursos».

Mauro F. Guillén Rodríguez es un sociólogo, economista político y educador en gestión español. Desde marzo de 2021, es el Decano de la Cambridge Judge Business School y miembro del Queen’s College de la Universidad de Cambridge. Hasta julio de 2021, fue profesor Zandman en la Wharton School de la Universidad de Pensilvania y director del Centro Penn Lauder para la Educación e Investigación en Negocios Internacionales. Es el autor más vendido del Wall Street Journal de 2020: How Today’s Biggest Trends Will Collide and Reshape the Future of Everything (2020).

  • ¿Ha entrado la economía internacional en una fase “estructural” de desglobalización?

Pienso que el proceso de globalización es muy complejo y polifacético. Veo que continúa en términos culturales, estilos de vida, flujos de información, etc. En términos económicos y financieros estamos en un compás de espera. Las guerras comerciales y las constantes crisis ralentizan la globalización, pero también seguimos viendo que la economía mundial es interdependiente.

  • ¿Cree que vamos hacia un desacoplamiento, hacia la configuración de dos grandes bloques, uno democrático y occidental, liderado por Estados Unidos y la UE, y otro autoritario, liderado por China?

Esperemos que no. EEUU y China son las mayores economías y están interrelacionadas en términos de comercio, tecnología, inversiones y finanzas. Eso sí, China quiere establecer una esfera de influencia en África, Oriente Próximo, sudeste de Asia, Pacífico sur, e incluso América Latina. Creo que Europa y EEUU deberían aumentar su influencia en África, que va a ser la segunda región más poblada y tiene un potencial económico considerable. Pero lo más importante es no aislar a China, sino sentarse a la mesa y ver cómo nos replanteamos las instituciones globales. Eso sí, también hay que contar con India.

  •  ¿Prevé transformaciones profundas y a largo plazo en las cadenas globales de valor? ¿Asistiremos, como anticipan algunos autores, a un reforzamiento de fenómenos como el reshoring, acortamiento y acercamiento de las cadenas de suministro, regionalización, etc.?

Se harán más cortas, con más redundancias y fusibles, y muy regionalizadas. Pero el péndulo volverá a oscilar en sentido contrario puesto que creo que volveremos a cambiar de ciclo. También veo que las empresas van a mantener niveles de inventario mayores.

  • 2021 ha sido un año muy bueno para las exportaciones españolas, con una tasa de crecimiento superior a las exportaciones de la UE o la zona euro. ¿Qué previsiones cabe hacer para 2022?

Todo depende de la demanda interna y de la competitividad de la economía. Si la demanda interna se desacelera podemos ver un nuevo esfuerzo exportador. Si perdemos competitividad a raíz de la inflación, las exportaciones sufrirán.

  • ¿Hasta qué punto las empresas españolas se están viendo afectadas por los problemas de desabastecimiento, estrangulamientos, etc., en comparación por ejemplo con otros países de nuestro entorno?

Creo que las empresas españolas están sujetas a los mismos avatares que las europeas. Estamos en un mercado único y sobre todo en un espacio comercial común. Por ejemplo, la agricultura y la industria española se ha visto afectada por la guerra en Ucrania de la misma manera que las europeas.

  • A medio y largo plazo, ¿cree que las empresas españolas deben evaluar y reestructurar sus cadenas de suministro, para prever vulnerabilidades y riesgos en las mismas? ¿Debe la Administración desarrollar una estrategia de revisión de las cadenas de suministro a nivel nacional?

Sí, las empresas españolas tienen que cambiar su estrategia de suministro, al igual que las europeas. Creo que el gobierno y la administración tienen que concentrarse en ayudar con los suministros en sectores como la energía y los fertilizantes, pero dejar que las demás empresas tomen las decisiones que consideren más oportunas.

  • ¿Cómo valora las políticas de internacionalización que aplica España? ¿Qué sugerencias de cambios o innovaciones formularía? 

La administración sigue apoyando la expansión internacional a través de ayudas crediticias, educación y apoyo a través de las oficinas comerciales en el exterior. Creo que es una estrategia adecuada. Quizás hagan falta más recursos.

 

Entrevista exclusiva para Club De Exportadores e Inversores.

Hacia un sistema de inteligencia para la internacionalización

Por Enrique Fanjul, socio de Iberglobal y Carlos Pobre, doctor en Ciencias Económicas.

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Las relaciones económicas internacionales se han vuelto considerablemente más turbulentas en los últimos años. La pandemia, primero, y la guerra en Ucrania, en la actualidad, han provocado trastornos en las cadenas de suministro, problemas de abastecimiento, alzas de precios, etc., que han supuesto un elemento adicional de presión sobre la competitividad internacional de las empresas, hasta el punto de que muchas de ellas se están planteando relocalizar sus inversiones.  Estos acontecimientos recientes han acelerado muchas de las tendencias que se venían observando en los últimos años y han generado una enorme incertidumbre que se ha traducido en un nuevo patrón de riesgos internacionales, que tanto las empresas como los propios países han de gestionar.

En un contexto global de exceso de información, la inteligencia para la internacionalización aparece como solución óptima para abordar con éxito la entrada en los mercados internacionales y apunta en la buena dirección para la conformación de un auténtico sistema de inteligencia económica en el ámbito internacional, algo largamente aplazado en España con serias consecuencias en términos de competitividad y bienestar respecto a otros países.

Definir el concepto de inteligencia

El concepto de inteligencia presenta ambigüedades. Aunque, en esencia, supone la búsqueda y gestión óptima de la información y su tratamiento para que se convierta en algo útil a la hora de tomar decisiones y permita la acción tanto a las empresas como a los gobiernos, en la práctica el término se vuelve confuso tanto por la utilización de adjetivos diversos y excluyentes -por ejemplo, inteligencia económica frente a competitiva- como por su conversión en un auténtico cajón de sastre, en el que se incluyen aspectos que no tienen estrictamente que ver con la inteligencia, desde la seguridad física hasta la ciberseguridad.

En nuestra opinión, en el ámbito de los mercados internacionales, tanto desde la perspectiva de las propias empresas, grandes y pymes, como desde la correspondiente a los gobiernos encargados del diseño de las políticas económicas y de las instituciones y organismos encargados de velar por la competitividad internacional de nuestro país, el término adecuado es el de inteligencia para la internacionalización.

Así, la inteligencia para la internacionalización supondría una suerte de fusión en el ámbito internacional entre la inteligencia competitiva, propia de las empresas, y la inteligencia económica, tradicionalmente reservada en nuestro país a la actividad del gobierno y sus organismos.

De este modo, se podrían sentar las bases para el diseño de un auténtico sistema de inteligencia económica para la internacionalización en el que se puedan coordinar las distintas piezas de gran valor ya existentes, para lograr la optimización de la colaboración entre las empresas y los gestores públicos. Desde un punto de vista operativo, además de la búsqueda de mercados y de clientes solventes, con la consiguiente información sobre legislaciones y normas técnicas, de la identificación de competidores, del análisis de distribuidores y de nuevos proveedores y de la gestión de los riesgos geopolíticos, recientemente incorporados en los sistemas de vigilancia de muchas empresas, la inteligencia para la internacionalización adquiere una especial relevancia para la realización de due diligence. Entre otras tareas, la diligencia debida supone comprobar que los supuestos en los que una empresa se plantea una operación (el caso más frecuente sería una operación de inversión) son veraces, se corresponden con la realidad; que los riesgos son los identificados en principio y que no existen otros que pueden representar una desagradable sorpresa; y que se han valorado adecuadamente los posibles riesgos derivados de cambios políticos en el país en el que se va a invertir.

Una estrategia de empresa

La implementación de sistemas de inteligencia para la internacionalización requiere, en primer lugar, contar con la convicción del máximo responsable de la empresa o de la institución, para que toda la organización la entienda y la practique y no se reduzca a unos cuantos empleados o un determinado departamento. Además, es preciso contar con recursos humanos adecuados, capaces de obtener el máximo rendimiento a la abundante oferta de softwares de inteligencia que existe hoy en día, particularmente bajo la denominación de inteligencia competitiva. Estos softwares se presentan como herramientas para que las empresas obtengan la información sobre mercados, competidores, regulaciones, etc., mediante programas informáticos que rastrean y obtienen la información vía Internet.

Este tipo de herramientas tiene sin duda su utilidad. Pero hay que ser conscientes de que aportan inteligencia de una manera parcial. Por un lado, obtienen información de fuentes públicas, información que está en Internet. No pueden acceder por regla general a informaciones de carácter más reservado. Difícilmente un programa de este tipo podrá dar información a una empresa, por poner un ejemplo, sobre los niveles salariales de los empleados de una empresa que planea adquirir.

Por otro, es información “cuantitativa”: estadísticas, normas legales. Pero hay elementos “cualitativos” que pueden ser claves en una operación, y que ningún programa automatizado podrá valorar. Por ejemplo, un programa de software no podrá valorar si el potencial socio local de una empresa que estudia invertir en un país tiene las conexiones (con la Administración, con otras empresas) que afirma tener. No podrá valorar si, ante la proximidad de unas elecciones, un cambio en el gobierno puede suponer un cambio en la orientación de la política económica que incida en la actividad de la empresa.

Los programas de software, los ordenadores, los algoritmos, no pueden sustituir al factor humano para este tipo de análisis, que es complejo y que requiere que el analista considere informaciones diversas, indicios, y que hable con personas. Porque hoy por hoy el analista de inteligencia es el activo más importante, que requiere una formación adecuada a través de programas específicos que aborden las técnicas, metodologías y el propio entorno internacional. Por ello, uno de los aspectos más importantes a la hora de diseñar un sistema de inteligencia para la internacionalización es la existencia de un programa de formación continua que permita generar buenos analistas, permanentemente actualizados, para que puedan adaptarse a los cambios en las empresas y en el entorno.

Aunque la inteligencia para la internacionalización siempre ha sido necesaria, el actual panorama de disrupciones, elevada competencia y crecientes riesgos geopolíticos pone aún más de relieve su importancia y obliga a las empresas y a las Administraciones públicas a potenciar sus sistemas de inteligencia, pero de una manera más coordinada y sistemática.

Una coordinación que permita en primer lugar ordenar, sistematizar toda la información, clasificarla según los tipos de destinatarios que pueden acceder a ella. Entre estos destinatarios las empresas españolas ocupan lógicamente un lugar prioritario. Los servicios a los que pueden acceder las empresas, y los procedimientos que éstas deben seguir, tienen que estar bien definidos y organizados.

Potenciar el español, potenciar el Instituto Cervantes

Por Balbino Prieto, presidente de honor del Club de Exportadores e Inversores

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Parafraseando el título de un libro coordinado por el académico José María Merino y el periodista Álex Grijelmo, más de 590 millones de personas podemos leer este artículo sin necesidad de traducción. En efecto, el español cuenta con 493 millones de hablantes nativos, a los que hay que sumar 75 millones de usuarios con un nivel de conocimiento limitado y 24 millones de estudiantes. Hoy por hoy casi 600 millones de personas en todo el mundo pueden expresarse en español y, según las previsiones del Instituto Cervantes, en 2068 llegarán a ser 726 millones.

Debemos sentirnos orgullosos de que el español sea la segunda lengua de comunicación internacional, después del inglés. Es idioma oficial en 21 países (ordenados a continuación por número de habitantes): México, Colombia, España, Argentina, Perú, Venezuela, Chile, Guatemala, Ecuador, Bolivia, Cuba, República Dominicana, Honduras, Paraguay, Nicaragua, El Salvador, Costa Rica, Uruguay, Panamá, Puerto Rico y Guinea Ecuatorial. Pero no se puede obviar a los casi 42 millones de hispanohablantes que viven en Estados Unidos. Su importancia es tal que, si formaran una nación independiente, representarían la octava economía del mundo (sólo por detrás de Estados Unidos, China, Japón, Alemania, la India, el Reino Unido y Francia).

El español como instrumento diplomático

Un idioma no es sino un vehículo de comunicación y, por tanto, tiene tanto más valor cuanto mayor sea el número de personas que lo compartan. Desde el punto de vista diplomático, la lengua se percibe como un instrumento que permite proyectar de forma positiva la imagen de un territorio —cultura, valores políticos, bienes y servicios…— y que contribuye a fortalecer su posición en el mundo. Por ese motivo, la mayoría de los países desarrollados tratan de fomentar la promoción internacional de su patrimonio lingüístico. Francia e Italia son pioneras en este terreno, porque ya a finales del siglo XIX fundaron la Alliance Française y la Società Dante Alighieri. El British Council se creó en 1934, y el Goethe Institut, en 1951. España sería el último de los grandes países europeos en dotarse de un instituto cultural, pues el Cervantes no nacería hasta el año 1991.

Este retraso es elocuente del escaso interés que despierta en España la difusión internacional de nuestra lengua. Si echamos la vista atrás, la cuestión lingüística está dominada desde hace décadas por el empeño de las fuerzas nacionalistas en imponer la hegemonía de los idiomas autóctonos en sus respectivos territorios. Podríamos citar aquí decenas de ejemplos, pero el más reciente es la negativa del Gobierno de Cataluña a impartir el 25% del horario escolar —tan sólo el 25%— en castellano, tal como exige el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Llegados a este punto, si nuestros dirigentes políticos son incapaces de proteger el uso de la lengua oficial del Estado dentro del territorio nacional, ¿cómo van a preocuparse de su expansión en el exterior?

Pero sí que existen motivos para la preocupación, porque España está perdiendo terreno en el mercado internacional de la lengua frente a otros competidores como México, Argentina o Colombia. Merece la pena detenerse en el caso de México. La Universidad Nacional Autónoma de este país cuenta desde hace cien años con un Centro de Enseñanza para Extranjeros que tiene como misión “universalizar el conocimiento sobre la lengua española y la cultura mexicana”. Pues bien, en 2020 este centro impartió cursos a más de 500.000 alumnos de setenta nacionalidades. México, además, lidera la concesión de certificados de conocimiento de español en Estados Unidos.

La demanda de español como lengua extranjera no para de crecer en todo el mundo: Estados Unidos, Brasil, la Unión Europea, el África subsahariana… Sin embargo, España no está aprovechando esta coyuntura tan favorable en beneficio de su posicionamiento exterior. Basta con mirar la red internacional del Instituto Cervantes. ¿Cómo es posible que sólo opere en 45 países? La Società Dante Alighieri tiene presencia física en 61, el Goethe Institut en 98, y el British Council y la Alliance Française en más de cien. La estructura internacional del Instituto Cervantes se antoja muy limitada para la proyección que tiene el español como lengua extranjera.


Fuente: El Orden Mundial (2020)

El Instituto Cervantes destina, además, escasos recursos a las dos regiones del mundo con mejores perspectivas económicas y demográficas a largo plazo, que son Asia-Pacífico y el África subsahariana. Por ejemplo, en China apenas hay dos centros Cervantes, uno en Pekín y otro en Shanghái, la mitad que en Italia (Roma, Milán, Nápoles y Palermo). En la India hay un solo centro (en Nueva Delhi), aunque existe el proyecto de abrir una extensión en Bangalore. En Pakistán y en Nigeria, con más de 200 millones de habitantes cada uno, no hay ninguna sede. Urge revisar la distribución geográfica de los recursos del Cervantes, que ahora mismo se concentran sobre todo en Europa, el norte de África y Brasil.

Otro aspecto en el que el Instituto debería profundizar es la cooperación con las empresas españolas implantadas en el exterior. Hace treinta años, nadie podía imaginar que España llegaría a tener varios miles de empresas multinacionales. Pero esas compañías representan hoy un vector nada desdeñable para la difusión de nuestra lengua y nuestra cultura, de manera que podrían surgir grandes sinergias de la colaboración público-privada.

España no es una potencia económica de primer nivel, ni posee una capacidad militar fuera de lo común ni alberga grandes reservas naturales; sin embargo, tiene el tesoro de la lengua española y debe explotarlo como un instrumento de diplomacia pública. Con ese objetivo se fundó el Instituto Cervantes, un organismo que merece una mayor dotación presupuestaria y una mayor agilidad burocrática para cumplir satisfactoriamente su misión.

El español es una lengua extraordinariamente pujante, pero no es patrimonio exclusivo de nuestra nación. De modo que, frente a la competencia legítima que ejercen otros países hispanohablantes, debemos redoblar los esfuerzos para que la enseñanza del español en el mundo redunde en beneficio de nuestra cultura, de nuestras empresas y de nuestra producción científica.

Negocios en el Consejo de Cooperación del Golfo: oportunidades, pero también deberes

Por Enrique Fanjul, socio de Iberglobal

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Los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) ofrecen importantes oportunidades económicas y de negocio, pero también plantean a las empresas españolas, así como a la Administración, unos requerimientos para poder aprovechar con éxito esas oportunidades.

Esta sería la conclusión principal de un seminario que se celebró en Madrid el pasado 10 de mayo en la sede de Casa Árabe de Madrid, organizado por esta institución, el Club de Exportadores e Inversores Españoles y la consultora Iberglobal.

En el seminario se presentaron una monografía y las conclusiones de un proyecto que ha desarrollado en los últimos meses el Club de Exportadores, con apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, con el objetivo de promover las relaciones económicas y empresariales de España con esta zona del mundo.

Este proyecto ha comprendido la realización de una serie de actividades: paneles de debate con empresas que operan en la zona, elaboración de varios documentos, realización de seminarios, y preparación de un curso online para formar a las empresas españolas que quieran operar en estos mercados.

Sobre la situación económica de los países del CCG, cabe señalar lo que indica un reciente informe de la consultora Coface, en el que se analizan las consecuencias económicas que va a tener la guerra en Ucrania en las diferentes partes del mundo. Según este informe, los países del CCG serían prácticamente los únicos en los que la guerra tendría un impacto económico positivo. Así, Coface prevé para 2022 qué los países del CCG experimenten un crecimiento positivo de 1,1 puntos de su PIB como consecuencia del conflicto. Se debería, como es lógico, al aumento de los precios de la energía, en unos países cuyo principal recurso económico es el energético.

Bases económicas sólidas

En todo caso, y en una perspectiva a medio y largo plazo, los países del CCG ofrecen unas bases económicas sólidas por tres motivos, fundamentalmente. En primer lugar, por su tamaño económico: se trata de países con altos  niveles de renta y de capacidad adquisitiva.

En segundo lugar, se trata de países que han demostrado, en estos tiempos turbulentos, su capacidad para mantener un alto grado de estabilidad sociopolítica.
Finalmente, buena parte de ellos se han embarcado en ambiciosos programas de reforma económica, con el objetivo de diversificar sus estructuras económicas y reducir su dependencia en relación con la energía; estos programas abren importantes oportunidades de negocio en sectores en los que las empresas españolas son competitivas y están bien preparadas.

Se puede mencionar, como ejemplo, la ambiciosa Saudi Green Initiative, que tiene como objetivo llegar a emisiones cero en 2060, y que supondrá un gran volumen de inversiones en sectores relacionados con el medio ambiente y el cambio climático.

Pero, además, en los trabajos desarrollados por el Club de Exportadores se han identificado otros sectores que van a canalizar fuertes inversiones en la zona y que, como he apuntado anteriormente, ofrecen buenas posibilidades a las empresas españolas: turismo, la salud, la defensa, la logística, la construcción, la ingeniería, etc.

Durante los últimos años se ha reforzado la imagen de España. De ser un país asociado con vacaciones, fiesta, Marbella… España es hoy reconocida como un país capaz de desarrollar proyectos y actividades de alta tecnología.

Requerimientos para operar con éxito

Ahora bien, este optimismo debe ser matizado, teniendo en cuenta que existen carencias que es preciso afrontar. Un aspecto que ha sido destacado de manera generalizada es la necesidad de una mayor relación institucional. Especial y positiva relevancia ha tenido en el pasado la Corona española, que ha desempeñado un papel discreto pero efectivo en apoyo de los intereses españoles.

Se trata de países en los que el Estado está muy presente en la actividad económica. Por ello los contactos institucionales y las visitas de autoridades – en uno y otro sentido –, tienen una utilidad clave. Muchos de los participantes en las actividades de este proyecto han echado en falta una actitud más activa por parte de España en este aspecto, en particular en los últimos años.

Otros países instrumentan políticas en las que el sector privado y el sector público se coordinan, van de la mano, están sincronizados. España tiene que aplicar estrategias similares.

La financiación es otra limitación. En opinión de bastantes empresas, la posición de España en cuanto a disponibilidad de financiación para operaciones internacionales no está a la altura de nuestros competidores europeos. Las empresas españolas operan así en condiciones de desventaja. Se trata de un tema que debe ser objeto de estudio y revisión en su caso.

Por último, las empresas también tienen deberes que afrontar. Los mercados del CCG deben ser abordados con una estrategia de permanencia, con paciencia, en la que es necesario construir con los interlocutores locales vínculos de confianza. Hay empresas que viajan a la zona y que no vuelven durante mucho tiempo. Esa no es la forma de desarrollar una estrategia de éxito.

Los directivos de las empresas españolas deben tener la formación adecuada, hablar bien inglés, estar mentalizados para trabajar en un marco cultural distinto. Hay casos en los que las empresas españolas envían a trabajar en la zona a directivos deficientemente preparados.

En suma, y como se puso de relieve en la jornada en Casa Árabe, así como en los trabajos que ha llevado a cabo el Club de Exportadores, la zona del Consejo de Cooperación del Golfo ofrece claras ventajas y oportunidades, pero exige también un trabajo adecuado tanto por parte de las empresas como de la Administración.

Charlando con Raimundo Robredo, embajador de España en Sudáfrica

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«El potencial de África es enorme y hay razones para ser optimista».

«África necesita una mejora de su ‘infraestructura institucional’, es decir, el marco regulatorio, no siempre favorable a la inversión extranjera y al comercio».

«La percepción de riesgo de África es, a mi juicio, mayor que el riesgo real».

«Los africanos ponen mucho énfasis en las relaciones personales y quieren saber con quién hacen negocios, conocerle cara a cara y no me refiero a un viaje de dos días».

«Empezar por Sudáfrica puede ser una forma fácil de entrar en África».  

 

Raimundo Robredo es embajador español en la República de Sudáfrica. Entre 2017 y 2021 fue director general para África en el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. En su carrera diplomática ha ocupado previamente varios puestos en el continente africano, en el que igualmente trabajó desde el sector privado. En esta entrevista nos habla de la situación económica de África subsahariana, oportunidades para las empresas españolas, recomendaciones, etcétera.

 

¿Cómo valora las perspectivas de África subsahariana? ¿Qué impacto ha tenido la pandemia, y cuál puede ser el impacto en estos países de las turbulencias en la economía internacional causadas por la guerra en Ucrania?

Antes de la pandemia África subsahariana era la segunda región del mundo de mayor crecimiento, después de Asia, aunque en las cifras de Asia no se computan las economías avanzadas (Japón y Corea del Sur), que tienen un crecimiento relativamente menor.

La pandemia ha hecho mucho daño a las economías africanas, aunque la región en su conjunto ya ha vuelto a la senda de crecimiento. La caída de la demanda mundial por la pandemia afectó mucho a los países exportadores de materias primas y de hidrocarburos, y por el lado del turismo varios países africanos dependientes de ese sector para obtener divisas también sufrieron con la pandemia.

Paradójicamente, la guerra en Ucrania ha provocado un aumento de los precios de las materias primas y de los hidrocarburos que está beneficiando a los países africanos exportadores de esos productos. Sudáfrica, el país en el que estoy destinado actualmente, acaba de publicar una reducción de su déficit esperado y cifras de actividad económica mejores de lo que se anticipaba.

En general, el crecimiento acelerado de la población africana supondrá un aumento sostenido de la demanda agregada en los próximos 30 años. Habrá altos y bajos, y el ritmo de crecimiento no será el mismo en unos u otros países. África no es una realidad homogénea. Pero lo que es indudable es que el potencial de África es enorme y hay razones para ser optimista.

Por otra parte, tanto Rusia como Ucrania son los principales exportadores mundiales de grano, que la mayor parte de economías africanas importan. El aumento en su precio golpeará particularmente a los menos favorecidos y existe un riesgo cierto de crisis alimentarias en varios países del continente en los próximos meses. África, sin embargo, es el continente con más tierra arable sin cultivar del mundo, y con abundancia de agua, por lo que esto podría suponer un revulsivo para modernizar la agricultura africana, algo que se necesita desesperadamente.

 

Raimundo Robredo presentando copias de sus cartas credenciales a la jefa de protocolo de la República de Sudáfrica.

Se está hablando de cambios importantes en las relaciones económicas internacionales, y en especial en las cadenas globales de valor: acercamiento de las cadenas de suministro, producción en proximidad, etc.  ¿Pueden estos cambios ser beneficios para África Subsahariana, por su relativa proximidad a la Unión Europea?

En teoría sí, pero la realidad es que la proximidad geográfica no se traduce en “proximidad logística”. El gran cuello de botella son las infraestructuras. Sin conexiones ferroviarias fiables, sin energía asequible y de suministro garantizado, sin carreteras de calidad y sin puertos capaces, producir en África puede acabar resultando económicamente menos atractivo que hacerlo en Asia, por ejemplo, a pesar de la cercanía. Por eso es tan importante la inversión en infraestructuras y el programa Global Gateway de la Unión Europea va dirigido precisamente a eso.

Junto a estas infraestructuras físicas, África necesita una mejora de su “infraestructura institucional”, es decir, el marco regulatorio, no siempre favorable a la inversión extranjera y al comercio. Con la entrada en vigor del Acuerdo Continental Africano de Libre Comercio se ha dado un enorme paso adelante en este campo. Los intercambios comerciales entre países africanos no llegan al 15% de su comercio total, mientras en la UE el comercio intraeuropeo supera el 60% del total. Hay mucho espacio para la mejora en África y, a medida que ésta se produzca, creo que habrá una mejora del marco regulatorio y una mayor apertura comercial que se traducirá también en mayor comercio con Europa.

África aspira a industrializarse, a incorporar mayor valor a sus productos, ascendiendo en la cadena de valor y alejándose de la situación actual de exportador de materias primas sin transformar. En la medida en que consiga adaptar su infraestructura y sus instituciones, es algo que está a su alcance. Esta transformación ya está en marcha, pero queda un largo camino antes de que la cercanía física de África con Europa se traduzca en una mayor integración de las cadenas de valor.

Cuestión distinta, claro, es la de la diversificación. La pandemia demostró que poner todos los huevos en una misma cesta conlleva riesgos. En ese sentido, aunque África no sea aún del todo competitiva en algunos sectores, puede interesar localizar parte de la producción en el continente, para evitar shocks asimétricos provenientes de Asia.

 

Desde su experiencia con África, ¿qué recomendaciones generales daría a las empresas españolas para abordar estos mercados?

Sobre todo, perder el miedo. La percepción de riesgo de África es, a mi juicio, mayor que el riesgo real. No quiero decir que no exista un riesgo elevado, por muchas razones, sino que puede verse más que compensado por los retornos y que, a menudo, el riesgo percibido es muy superior al real. La cuestión por tanto es cómo reducir esa distancia. Yo creo que el estudio detallado de los mercados africanos contribuye a entender mejor las oportunidades, que pueden ser muy reducidas en un país pero enormes en otro. África no es un país, y hay que aproximarse con disposición a hacer los deberes y analizar país por país.

Una vez hecho eso, tener un socio local siempre es una forma de reducir el riesgo y aumentar el conocimiento. De nuevo, hay que elegir bien y tener paciencia. Los mercados africanos no son propicios para los “pelotazos” aunque a veces sea esa la percepción más común. Bien al contrario, premian la perseverancia, el contacto humano, y el conocimiento profundo. En otras palabras, la paciencia.

A través del Club de Exportadores, de la Cámara de Comercio de España, de la CEOE y otras asociaciones se puede hacer una primera aproximación al mercado africano de interés para una empresa determinada, entrando en contacto con otras empresas españolas que ya estén en ese mercado.

Otra recomendación es adaptar el producto al mercado. Los africanos no consumen como los europeos o los asiáticos. El packaging, el precio, la calidad o el servicio post venta no son necesariamente los mismos que en Europa y hay que adaptarse a África, porque África no se va a adaptar a ti. Incluso en los grandes contratos de infraestructura, las licitaciones públicas tienen sus peculiaridades africanas que hay que conocer e incorporar.

Por último, existen herramientas de apoyo a la internacionalización de la empresa española en el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y en el ICEX, y las Embajadas de España en África están a disposición de las empresas para apoyar su entrada en estos mercados.

 

En su opinión, ¿cuáles serían los mercados más interesantes en África subsahariana para las empresas españolas?

Depende de la rama de actividad de cada empresa. Evidentemente una empresa turística puede descubrir oportunidades en Cabo Verde, Mauricio, o Botsuana, países de gran atractivo turístico pero muy pequeños, pero no tendrá interés en Nigeria, mientras que una empresa de bienes de consumo puede tener gran interés en el enorme mercado nigeriano, de más de 200 millones de personas.

En general, las economías más pujantes y dinámicas, y de cierto tamaño y solidez institucional, como Sudáfrica, Kenia, Senegal, Ghana, o la propia Nigeria, son mercados de gran potencial que deberían atraer a las empresas españolas.

Raimundo Robredo en un webinario del Club de Exportadores e Inversores.

¿Cuáles son los errores más frecuentes que ha percibido en la actuación de las empresas españolas? (Ej: no estudiar bien el mercado, no tener personal preparado, tener una visión cortoplacista, presencia limitada en los mercados, …).

Quizás el error más frecuente es pensar que se pueden hacer negocios en África desde España, por correo electrónico, enviando ofertas y esperando ganar contratos simplemente porque el precio es competitivo.

Los africanos ponen mucho énfasis en las relaciones personales y quieren saber con quién hacen negocios, conocerle cara a cara y no me refiero a un viaje de dos días. La presencia en el mercado, el conocimiento local, son muy valorados. África debe ser una apuesta a largo plazo. Entendido así, este continente puede encerrar un gran potencial para las empresas españolas.

 

¿Son importantes las barreras culturales entre España y África subsahariana? ¿Qué aspectos deberían tener más en cuenta las empresas españolas?

Sí lo son, pero creo que no son tan grandes como se piensa. Los españoles somos flexibles, mucho más que otros colegas europeos, y estamos dispuestos a adaptarnos al cliente. Esto es algo que en África es muy necesario y apreciado.

Una cosa a la que sí es necesario prestar gran atención es el respeto, de enorme importancia en la cultura africana (o las culturas africanas, más bien). Los europeos caemos fácilmente en la condescendencia hacia los africanos, a menudo sin darnos cuenta siquiera, y esto es algo a lo que los africanos son muy sensibles. Pensar que nosotros, al venir de un país desarrollado, podemos enseñarles a hacer las cosas en su propio país es de una arrogancia fatal.

Los africanos saben lo que quieren y cómo lo quieren y lo único que hay que hacer es saber escuchar con respeto y atención. Después, puede que nuestra solución sea perfectamente válida o puede que haya que adaptarla a las necesidades del cliente. Como decía antes, tenemos que adaptarnos nosotros a África, porque África no se va a adaptar a nosotros.

 

¿Cómo valora las oportunidades que ofrece el mercado de Sudáfrica para las empresas españolas? ¿Cuáles son en su opinión los sectores más interesantes?

Sin duda el de las energías renovables. Justo esta semana han salido a licitación 2.600 mw de renovables (1.600 mw de eólica y 1.000 mw de fotovoltaica) y antes de que acabe el año saldrán otros 2.600 mw. De aquí a 2030 Sudáfrica incorporará más de 20.000 mw adicionales de energías renovables. También hay oportunidades en la construcción y mejora de la red de transmisión, en la acumulación de electricidad y en otras infraestructuras, como agua, ferrocarril o puertos. En todos estos sectores los próximos años verán una inversión pública notable.

Pero en Sudáfrica hay empresas españolas en los sectores más diversos, desde la pesca al turismo pasando por los autobuses o los materiales de construcción. Sudáfrica es una economía emergente que en muchos aspectos se comporta como una economía desarrollada. Los sectores en los que nuestras empresas son competitivas a nivel mundial están también representados en Sudáfrica y pueden interesar a las empresas españolas.

Además, en Sudáfrica hay un marco institucional fiable, una moneda estable, transparencia en el sector público, un potente sector financiero y empresas auxiliares de servicios a otras empresas de buen nivel. Hay una Cámara de Comercio Española en Sudáfrica y la Embajada tiene una Oficina Comercial a disposición de nuestras empresas. Es decir, que empezar por Sudáfrica puede ser una forma fácil de entrar en África.

 

¿Qué dos o tres recomendaciones básicas daría a las empresas españolas que quieran abordar el mercado sudafricano?

Lo primero, que se pongan en contacto con la Oficina Comercial de la Embajada. Desde aquí les daremos la información que necesitan para empezar a conocer el mercado sudafricano.

Que hagan sus deberes y cuando tengan claro lo que esperan de Sudáfrica, que vengan y conozcan directamente el mercado.

Que sean pacientes, que busquen un socio sudafricano sólido y que adapten su producto a su cliente local. Con eso, trabajo, perseverancia, y un poco de suerte, descubrirán oportunidades que no imaginan.

 Entrevista exclusiva para Club De Exportadores e Inversores

 

 

La buena salud de las inversiones extranjeras en España

Por Enrique Fanjul, socio de Iberglobal

 

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La economía española está mostrando una alta capacidad para atraer inversiones extranjeras. El flujo de entrada de inversiones ha crecido durante el pasado año 2021. Por otra parte, mejora la valoración de España como destino de inversiones, según se refleja en la última edición del estudio de la consultora Kearney.

El pasado mes de marzo el Registro de Inversiones Extranjeras publicó los datos de las entradas de inversiones en 2021. Según el completo análisis de estos datos que realiza la consultora SIfdi, “España recibió 28.785 millones de euros de inversión productiva bruta en 2021, con un crecimiento del 17,7% respecto a 2020. Las desinversiones también mostraron un mejor comportamiento que el año precedente, descendiendo un 33,6%”. De esta forma, las inversiones productivas netas crecieron un 66,5%, hasta los 21.313 millones.

Como ha sucedido en años anteriores, las adquisiciones de empresas por parte de empresas extranjeras han representado la mayor parte de las inversiones, con un 53,2% del total de los flujos recibidos, por delante de las ampliaciones llevadas a cabo por empresas de capital extranjero ya presentes en el país (27,7%) y de las nuevas inversiones (19,1%).

En cuanto al origen, los principales países inversores fueron Francia, Estados Unidos, Reino Unido y Australia, con más de 2.000 millones de euros de inversión cada uno de ellos.

Cabe destacar en 2021 la posición de Australia, debido a la operación del fondo IFM sobre Naturgy, la mayor inversión australiana en España, con 2.484 millones de euros, un 8,6% del total de 2021.

Si nos fijamos en las cifras de stock en vez de los flujos, Países Bajos y Luxemburgo ocupan las dos primeras posiciones como orígenes inmediatos de la inversión (con un 41% del stock total). Esta posición, como es bien conocido, se debe a su papel de “canalizadores” de inversiones de otros países, gracias en buena medida a sus facilidades fiscales.

Considerando el origen último de los inversiones, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania son los principales inversores.

 

Madrid, líder en la captación de inversiones, pero con matices

En muchos medios de comunicación se ha destacado el papel protagonista de Madrid en la captación de inversiones, con un 72,8% de los flujos recibidos.

Ahora bien, estas cifras deben ser matizadas. La fuerte concentración de las inversiones en Madrid se debe en buena parte al denominado “efecto sede”. Esto quiere decir que las inversiones se asignan a la comunidad autónoma en la que se encuentra la sede de la empresa en la que se invierte, aunque los efectos económicos de la inversión pueden producirse en otras localizaciones. Así, por ejemplo, en el caso de una empresa extranjera que establezca su sede en Madrid, pero cuyas fábricas estén en Málaga o en Zaragoza, provincias en las que se creará empleo, se desarrollará la producción, etcétera, se considerará que Madrid ha sido el destino de la inversión.

En todo caso, este matiz no empaña lo que sin duda es un papel central de Madrid en la captación de inversiones extranjeras.

Cataluña, por su parte, registró unos flujos de inversión de 2.969 millones de euros (con un descenso del -4,8% respecto al año anterior), acumulando así tres años de descensos consecutivos.

 

El papel clave de la inversión extranjera en la economía española

El análisis de SIfdi, que emplea diversas fuentes además del Registro de Inversiones Extranjeras, pone de relieve el papel clave que tienen las inversiones extranjeras para la economía española, y que se sintetiza en el gráfico que recogemos a continuación.

Fuente: SIfdi, “La Inversión Extranjera Directa en España, 2021”

Como podemos ver en el gráfico, las empresa extranjeras representan un 28% de la cifra de negocios generada en el país.

En 2019 (último año para el que se disponen estos datos) proporcionaron 1,7 millones de empleos directos (con un incremento del 7,1% respecto al año anterior), lo que representa el 8,5% de la población ocupada española.

 

Mejora de la valoración de España como destino de inversiones

Estos buenos datos sobre la evolución de la inversión extranjera se complementan con los buenos datos de valoración de España como destino de inversión. Uno de los estudios más relevantes a nivel internacional es el que elabora la consultora Kearney, que identifica y clasifica los 25 países más atractivos para la inversión extranjera, en base a una encuesta entre ejecutivos de empresas multinacionales.

En el gráfico adjunto se pueden ver los resultados del 2022 Kearney FDI Confidence Index, publicado en abril de este año. Como vemos, Estados Unidos vuelve a ser el destino mejor valorado, seguido de Alemania y Canadá.

España se coloca en un destacado puesto 8, mejorando un puesto respecto al año anterior. Desde 2018, España ha mejorado siete puestos en el ranking de Kearney, lo que constituye sin duda una buena noticia sobre la percepción internacional de la economía española.

Fuente: 2022 Kearney FDI Confidence Index

 

Presentación de la newsletter: “Proyección exterior de la economía española”, por Antonio Bonet, presidente del Club de Exportadores e Inversores

Descargar la carta

 

El CLUB DE EXPORTADORES E INVERSORES quiere, a través de esta newsletter, facilitar información sobre la situación y perspectivas de la economía y las empresas españolas en su vertiente exterior. No pretendemos generar debate ni exponer ideas, sino simplemente informar (escuetamente) sobre acontecimientos y noticias que afecten al sector exterior de la economía española. Con esta iniciativa queremos cubrir un hueco pues no conocemos ninguna otra publicación similar a la que lanzamos hoy.

En la newsletter recogeremos noticias sobre política comercial tales como negociaciones que se estén llevando a cabo de acuerdos de libre comercio, de protección recíproca de inversiones o para evitar la doble imposición. También incluiremos noticias que afecten al sector exterior de España provenientes de instituciones internacionales (Organización Mundial de Comercio, OCDE, Fondo Monetario Internacional, así como otros informes y estudios sobre economía y empresas españolas, con especial referencia a su proyección exterior. Y, por supuesto viajes y visitas oficiales de autoridades españolas y noticias sobre experiencias y actividades de instituciones españolas en el exterior.

Las fuentes que utilizaremos serán abiertas y públicas, tanto españolas como extranjeras y todas de reconocida solvencia. Por ejemplo, del Real Instituto Elcano, bancos, escuelas de negocio, consultoras internacionales, think tanks, ….

Además en cada número de la newsletter, incluiremos contenidos originales tales como artículos cortos de personalidades relevantes de la Administración y las empresas españolas relacionadas con la internacionalización. En cada número tenemos previsto también publicar una entrevista con empresarios y directivos de empresas españolas, Embajadores y Consejeros Comerciales españoles, o Embajadores extranjeros en España. El objetivo de estos artículos y entrevistas sería compartir experiencias sobre internacionalización.

La newsletter tendrá una periodicidad mensual, pero además contemplamos la posibilidad de publicar algún número extraordinario, si hay algún informe especialmente importante y falta bastante tiempo hasta la próxima newsletter.  Asimismo barajamos la posibilidad de publicar números monográficos, por zonas geográficas o por sectores de internacionalización de sectores.

Gracias al patrocinio de instituciones como EL CORTE INGLES, la newsletter, que se enviará electrónicamente, será gratuita para los suscriptores que quieran recibirla. Está dirigida principalmente a directivos de empresas españolas en el exterior, a funcionarios españoles destinados en Embajadas y Oficinas Comerciales de España, y también a ejecutivos de empresas extranjeras con intereses en nuestro país. Pero también podrán suscribirse profesionales que tengan interés en la situación internacional de las empresas y la economía españolas, tanto si están en España (por ejemplo Embajadas extranjeras acreditadas en Madrid) como si residen o trabajan fuera de nuestro país.

La dirección de la newsletter la asumirá el CLUB DE EXPORTADORES, que será el responsable final de sus contenidos y difusión. La elaboración de los contenidos será realizada por IBERGLOBAL, empresa socio del Club de Exportadores e Inversores, que cuenta con amplia experiencia en este campo pues elabora y distribuye de manera regular desde hace muchos años otras newsletters como Iberglobal o Iberchina. La dirección editorial estará a cargo, inicialmente, de Enrique Fanjul, socio-director de IBERGLOBAL, y del que firma esta presentación. Además se ha creado un Consejo Editorial, del que forman parte el CLUB DE EXPORTADORES, IBERGLOBAL y EL CORTE INGLES y al que se incorporarán otros patrocinadores o financiadores de la newsletter, cuya función será la propuesta y debate sobre modificaciones, mejoras en contenidos, formato, difusión y otras cuestiones relacionadas con la newsletter.

En definitiva, se trata de una publicación electrónica, gratuita, de carácter mensual, que recogerá informes y noticias de especial relevancia sobre la internacionalización de la economía y las empresas españolas, así como opiniones y experiencias de directivos y altos funcionarios.

Esperamos que esta iniciativa del CLUB DE EXPORTADORES E INVERSORES e IBERGLOBAL aporte valor a directivos, funcionarios y profesionales españoles (y extranjeros)  que tengan interés en estar bien informados sobre cuestiones relacionadas con la proyección exterior de la economía española.