Entrevista a Clara Arpa, miembro de la Junta Directiva del Pacto Mundial de Naciones Unidas

«Las empresas que no transformen su producción y gestión hacia la sostenibilidad desaparecerán a medio plazo»

El secretario general de la ONU nombró en junio de 2018 a Clara Arpa (consejera delegada de Arpa Equipos Móviles de Campaña) miembro de la Junta Directiva del Pacto Mundial de Naciones Unidas. Ello es resultado del fuerte compromiso de Clara Arpa y de su empresa con la iniciativa del Pacto Mundial y con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En esta entrevista, la empresaria se muestra convencida de que el sector privado no tiene otra alternativa que transformarse hacia la sostenibilidad: “Nos hace más eficientes y productivos. Ahorramos recursos y eso es rentable”.

¿A qué se dedica su empresa?

Arpa empezó en 1968 como fabricante de equipamiento logístico de campaña para despliegues en zonas de conflicto y en desastres naturales. Hoy en día, tenemos también un área de salud, WaSH [agua, saneamiento e higiene] y comunicaciones, así como una línea de construcción modular desde 2006. Además, hemos creado Arpachange este año para dar soluciones a la industria en temas de producción sostenible, donde diseñamos y ejecutamos proyectos de sostenibilidad como producción con energías renovables, gestión de residuos orgánicos para la industria agrícola, cultivos hidropónicos en invernaderos modulares y proyectos relacionados con la gestión eficiente del agua y saneamiento.

Usted se acercó a la iniciativa del Pacto Mundial y la Agenda 2030 a través de la responsabilidad social corporativa. ¿Cómo fue su experiencia?

Yo llegué por medio de la adhesión a la iniciativa de responsabilidad empresarial más grande del mundo, impulsada por Naciones Unidas, que es el Pacto Mundial. Elegí ese modelo de gestión empresarial. Y desde 2015 estamos comprometidos también con la implantación de la Agenda. Las estrategias empresariales deben estar basadas en la sostenibilidad. Ahí empezó todo, con una estrategia empresarial.

El crecimiento económico y la globalización han dado lugar a una forma de producir, consumir y administrarse donde el sistema ya no es sostenible. Demandamos muchos más recursos de los que podemos obtener, y a medio plazo es el fin. Es necesario que las empresas empiecen en la medida de lo posible la transición hacia la sostenibilidad. Eso realmente es responsabilidad social. Las empresas, por regla general, son responsables, cumplen las normativas y son el motor de la generación de riqueza, la innovación, el empleo inclusivo y la protección del medio ambiente. Eso sólo se consigue con una buena gobernanza.

¿Cómo llega la consejera delegada de una pyme aragonesa a ser miembro de la Junta Directiva del Pacto Mundial de Naciones Unidas?

La Junta Directiva renovaba diez de sus miembros. Lo publicaron en la web del Pacto Mundial, y en la empresa decidieron rellenar el formulario. Meses más tarde, me llamaron para comunicarme si quería aceptar el nombramiento. Fue toda una sorpresa. No albergaba ninguna esperanza de que se fijaran en mí. Les llamó la atención el compromiso que había adquirido y las acciones llevadas a cabo por la empresa para la implantación de la Agenda, siendo una pyme. Dentro de nuestras responsabilidades y en consonancia con nuestras posibilidades, somos una empresa donde se refleja que el cambio es posible. Queremos ser parte de la solución y dejar de ser parte del problema.

¿Cuántas personas forman parte de la Junta Directiva del Pacto Mundial y que función tienen?

Somos 20 miembros de diferentes sectores: empresas, sociedad civil, sindicatos, un miembro del Gobierno de Suecia (como representante de los Gobiernos de los países miembros de la ONU) y dos miembros de la propia organización de la ONU. Nos definen como campeones dispuestos y capaces de avanzar en la misión del Pacto Mundial, actuando a título personal, honorario y no remunerado.

La Junta del Pacto Mundial de las Naciones Unidas está designada y presidida por el secretario general de las Naciones Unidas. Está diseñada como un órgano de diferentes grupos de interés, que brinda asesoramiento estratégico y político continuo para la iniciativa en su conjunto y hace recomendaciones a la organización del Pacto Mundial, los participantes y otros partes interesadas. También se espera que la Junta desempeñe un papel en la implementación de las medidas de integridad del Pacto Mundial.

De los grupos de la sociedad civil y la comunidad laboral se espera, además de sus responsabilidades generales en la Junta, que brinden un enlace cercano con sus comunidades y compartan ideas sobre las tendencias más recientes y las mejores prácticas de sostenibilidad corporativa en sus respectivos ámbitos.

¿Cómo definiría la Agenda 2030?

La Agenda realmente es un plan, una herramienta que implementándola nos facilita la consecución de los ODS [objetivos de desarrollo sostenible] de una forma transversal, eficiente y medible. Es una guía para la acción y la ejecución. Tiene, como bien dice, objetivos bien definidos, metas concretas e indicadores para medir el progreso conseguido.

¿Qué se entiende por desarrollo sostenible?

El concepto más extendido es el adoptado por el informe de la Comisión sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de las Naciones Unidas de 1987 «Nuestro futuro común», más conocido como «informe Brundtland». Desarrollo sostenible es aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias. Es algo realmente fácil de entender: los recursos son limitados y nuestra forma de vivir hace que consumamos muchos más recursos de los que hay disponibles. Hemos puesto en riesgo el futuro de las siguientes generaciones.

¿Cuáles son los principales retos a los que hace frente la Agenda 2030?

Son muchos los retos que hay que afrontar en cada uno de los 17 objetivos. Podríamos empezar por nuestro superpoblado planeta. Hasta 1820 no hubo 1000 millones de habitantes en el planeta. Se tardó 18 siglos en cuadriplicar la población. De 2017 a 2030 la población crecerá en 1000 millones, pasando de 7600 millones a ser 8600 millones sólo en 13 años.

La concentración en las ciudades, la disminución de la natalidad en algunos países, el envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida desafiarán los servicios de salud, de pensiones y los servicios sociales. También las desigualdades entre la población, no sólo entre países sino dentro de los mismos países (concentración por un lado y despoblación por otro). Recursos de alimento y agua para 9700 millones de personas para 2050…

El cambio climático o —como ya hay que pasar a llamarlo— la emergencia climática es evidente y todos sabemos las consecuencias, las estamos sufriendo: las emisiones de CO2, los residuos, la contaminación de todo tipo, el problema de los plásticos…

En fin, los retos son enormes y numerosos, pero las desigualdades y la emergencia climática serían los más urgentes.

En el caso concreto de su empresa ¿qué cambios han llevado a cabo para implementar la Agenda 2030 y los ODS?

Como empresa que somos, el ODS 8 nos impacta de lleno. El número 8 habla de crecimiento económico y trabajo digno. Hemos analizado la empresa desde dentro, realizando una estrategia empresarial basada en la sostenibilidad.

Estudiamos los procesos productivos para ser más eficientes, para necesitar menos recursos. Los modificamos y mejoramos implantando un sistema productivo de mejora continua, invirtiendo en tecnologías productivas más eficientes. Por ejemplo, hemos implantado una instalación de paneles híbridos solares para todo el consumo de la empresa, planificando un sistema por fases para conseguir cero emisiones para 2020.

Formamos a la plantilla para ser más eficiente a su vez, para que comprendan el sistema que implantamos y hacia dónde queremos ir. Dando formación en habilidades y capacidades para que mejoren su categoría laboral y, de esta forma, su remuneración. Estando abiertos a una formación continua, que es lo que nos está demandando la digitalización y las formas nuevas de producción.

Todo ello conlleva un fuerte compromiso con el cambio y saber el porqué de las acciones, para que todos vayamos a una. Es un proceso largo de planificación estratégica. Tienes que involucrar a todos los grupos de interés: empiezas por los empleados, el sistema productivo, la forma de gestionar la empresa, y hay que seguir con toda la cadena, poco a poco pero con determinación. Nos faltan todavía muchas cosas por hacer. El pastel es muy grande y no podemos comérnoslo de una tacada. Tendremos que ir por porciones y midiendo nuestros avances, un sistema de mejora continua.

¿Qué papel le corresponde al sector privado, y en especial a las pymes, en el cumplimiento de los ODS?

Por primera vez, Naciones Unidas hace del sector privado el elemento indispensable como generador de crecimiento económico, creador de empleo inclusivo e inversor en innovación. Elementos clave para generar ese cambio, para hacernos el motor del mismo.

Las pymes son el colectivo más numeroso del mundo. Sólo en España vienen a emplear a unos 15 millones de personas. Si hay algún sector capaz de implantar un cambio amplio, vertebrado en la sociedad, que llegue a la mayor población posible y lo más rápido posible, es la pequeña y mediana empresa. A un colectivo tan numeroso no se le puede dar de lado.

¿Adaptarse a la Agenda 2030 es rentable?

Sí, nos hace más eficientes y, por tanto, productivos. Ahorramos recursos y eso es rentable. Debemos ser capaces de hacer el cambio y seguir generando los beneficios necesarios para ser sostenibles en el tiempo. No debemos mirar al corto plazo. Hay que hacer las cosas con cabeza, con sentido común y mirando hacia un futuro a medio plazo, donde las empresas que no se hayan transformado hacia nuevas formas de gestión y producción simplemente no estarán. Tenemos demasiados desafíos en el medio plazo como para sólo mirar por los resultados económicos. No es fácil, pero no hay otra.

Usted afirma que cumplir con la Agenda 2030 será más duro para los países desarrollados. ¿Por qué?

Los países desarrollados lo hemos hecho con unos sistemas productivos y una forma de hacer las cosas que implican un exagerado consumo de recursos que no se puede mantener. Hemos invertido en infraestructuras y modelos productivos que forzosamente tenemos que cambiar, y ese cambio significa que hemos de invertir en temas que ya tenemos resueltos, pero que no son adecuados. Eso es caro y resulta duro.

En los países en desarrollo, muchas de estas inversiones están todavía por hacer y pueden hacerse ya de una forma sostenible. No demandan ni de lejos los recursos que demandan los países desarrollados. No deben seguir la misma ruta: han de saltarse todo lo que hoy en día sabemos que no funciona.

La organización Global Footprint Network estudia el consumo de los recursos del planeta anualmente. La población consumió los recursos del planeta que tenía para todo el año 2019 el 29 de julio. Qatar lo hizo el 11 de febrero, Estados Unidos el 15 de marzo, España el 28 de mayo, Ecuador lo hará el 14 de diciembre e Indonesia el 18 de diciembre. Reflexionemos sobre ello y no cometamos los mismos errores.

Cambiar nuestros hábitos, nuestra forma de hacer las cosas es difícil. Tendremos que renunciar a mucho de lo que hoy nos parece de lo más común y más simple, como los bastoncillos de los oídos, llevarnos para hacer la compra las bolsas de casa o volver a envolver el bocata en papel.

Aparte de su faceta como miembro de la Junta Directiva del Pacto Mundial de la ONU, usted también ha fundado el Centro de Innovación para el Desarrollo Sostenible. ¿Cuál es la misión de este centro?

Buscamos soluciones básicas, sostenibles y asequibles a problemas básicos que están por resolver, problemas relativos a producción agroalimentaria, agua y saneamiento, vivienda, energía… Estos proyectos los puede presentar cualquiera que tenga una idea. Los estudiamos,  elegimos aquellos que nos parecen viables, financiamos el prototipo y, en caso de que sea viable, nos comprometemos a firmar un acuerdo de colaboración con una organización adecuada para que pueda testarlo y validarlo. Tenemos desarrollo de prototipos para potabilización de agua con energía solar, separación de aguas residuales para módulos habitacionales, fabricación de tiendas de campaña con productos reciclados… Ahora mismo estamos ejecutando un proyecto de uso eficiente de agua y dotación de agua y saneamiento en una escuela de 960 alumnos en Colombia con Ayuda en Acción.

Octubre de 2019