II Cumbre de Internacionalización

· El Príncipe anima a las empresas a intensificar su expansión internacional durante la inauguración de la II Cumbre de Internacionalización, organizada por el Club de Exportadores e Inversores Españoles, la Asociación de Marcas Renombradas y la Asociación Española de Directivos

· El Secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, destacó también la importancia de la internacionalización para la economía española

· Durante la Cumbre se presentó un informe con propuestas de medidas para mejorar la competitividad exterior de las empresas españolas

Su Alteza Real el Príncipe de Asturias presidió la II Cumbre de Internacionalización. En la mesa presidencial, junto a José Luis Bonet, presidente de la Asociación de Marcas Renombradas; Jaime García-Legaz, secretario de Estado de Comercio; Balbino Prieto, presidente del Club de Exportadores, y Pau Herrera, presidente de la Asociación Española de Directivos.


24 de mayo de 2012

El Príncipe de Asturias animó este mañana a las empresas españolas a seguir intensificando su expansión internacional y así ganar competitividad. En palabras del Príncipe, “la expansión de las empresas beneficia al conjunto de la economía, pues las empresas internacionalizadas generan empleo más estable y cualificado, son más innovadoras y contribuyen así al progreso general de la sociedad y, por supuesto, a superar la crisis”. El Príncipe ha pronunciado estas palabras durante la inauguración de la II Cumbre de Internacionalización, organizada por el Club de Exportadores e Inversores Españoles, la Asociación de Marcas Renombradas Españolas y la Asociación Española de Directivos, y celebrada en el auditorio de CaixaForum en Madrid.

En la inauguración de esta II Cumbre participó también el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, quien insistió en la importancia estratégica del proceso de internacionalización, que “tiene que ser una apuesta estructural para las empresas, un factor de presente y futuro y no coyuntural”. Entre las fortalezas, García-Legaz señaló que España por primera vez dispone de un superávit comercial con la Unión Europea y sigue ganando en competitividad, mientras que entre los retos el Secretario de Estado de Comercio destacó que las empresas españolas tienen que ganar peso en los mercados emergentes y reforzar su apuesta por los productos de alto valor añadido.

También durante la apertura, Balbino Prieto, presidente del Club de Exportadores e Inversores Españoles, señaló la importancia de que la política económica española tenga un fuerte componente de internacionalización, y de que la empresa sea el foco central de esta política, que ha de ser fruto de una acción conjunta y coordinada con la Administración.

Durante la II Cumbre de Internacionalización, a la que asistieron numerosos representantes del mundo empresarial y de las administraciones públicas, se presentó un informe con propuestas de medidas para mejorar la competitividad exterior de las empresas españolas, centradas en las siguientes áreas: financieras y fiscales, comerciales y de imagen país, y de gestión del talento de los directivos españoles.

La salida al exterior es, para las empresas españolas, un imperativo estratégico para evitar su dependencia de un mercado doméstico que representa el en torno al 1% del mercado global y que además atraviesa ahora una profunda crisis. Esta situación de crisis urge a tomar medidas que favorezcan la expansión internacional de las empresas y de la economía española, compensando así la baja actividad del mercado doméstico. Ello ha de hacerse aplicando políticas innovadoras y fomentando sinergias entre distintos agentes, para que no supongan un coste adicional. Por ello, es necesario revisar en profundidad las capacidades y recursos de las empresas y de los programas e instrumentos públicos de apoyo, para asegurar su máxima eficiencia.

En esta línea, José Luis Bonet, presidente de la Asociación de Marcas Renombradas Españolas, hizo hincapié la necesidad de colaboración estrecha entre el mundo empresarial y el de los representantes del poder político en la consecución de unos objetivos comunes, plenamente compartidos, como son la expansión internacional de las marcas españolas y el trabajo conjunto en favor del prestigio de la imagen exterior de España. Defendió, así, una alianza estratégica público-privada en beneficio del interés general.

Por su parte, Pau Herrera, presidente de la Asociación Española de Directivos, destacó la importancia de que las empresas cuenten con el talento preciso para impulsar procesos de internacionalización, tanto a la hora de definir las estrategias como en su implementación. Para ello, entre otras medidas, destacó que el sistema educativo español debe ser capaz de formar profesionales con alta capacitación, visión internacional y dominio del inglés como requisito mínimo imprescindible.

Para concluir, Gonzalo de Benito, secretario de Estado de Asuntos Exteriores, también recalcó que “el sector exterior resulta fundamental para el crecimiento”, además de recalcar que “las herramientas de siempre, la diplomacia tradicional, ya no es suficiente, y hay que reforzar la diplomacia económica y la diplomacia pública, aquella que aporte valor y ayude a las empresas en su proceso de expansión”.

Las propuestas presentadas durante la II Cumbre de Internacionalización se han desarrollado en torno a siete ejes estratégicos:

1) Colaboración entre el sector público y el privado. Mediante mecanismos de coinversión y promoviendo sinergias de negocios. Para hacerlo es necesario establecer un diálogo público/privado, para diseñar y elaborar las medidas entre la Administración y el Comité Empresarial de Internacionalización (CEI), compuesto por representantes de las tres instituciones que organizan la Cumbre, al que podrían sumarse otras organizaciones empresariales.

2) Segmentación de las empresas exportadoras por tamaño y estadio evolutivo de su proceso de internacionalización. Este debería ser el eje del apoyo oficial a las empresas, aplicando medidas adaptadas de carácter fiscal, financiero, promocional e institucional.

Sería recomendable identificar mediante un sistema público y transparente a las empresas más idóneas, especialmente pymes, para desarrollar un programa selectivo de apoyo a la internacionalización basado en un pacto entre administraciones públicas y empresas.

3) Marco fiscal que favorezca la competitividad y la internacionalización de las empresas y de sus directivos. Es necesario adoptar medidas fiscales que supongan un claro incentivo a la internacionalización, según lo permitan los compromisos presupuestarios. Resulta primordial reducir los costes fiscales de las empresas exportadoras (cotizaciones a la seguridad social, por ejemplo) aumentado simultáneamente el IVA para evitar el déficit. El régimen fiscal de los directivos expatriados puede ajustarse para que estos profesionales sean capaces de impulsar los procesos de internacionalización.

También hay que trabajar en la correcta aplicación de convenios de doble imposición, por ejemplo en mercados como Argelia, Marruecos, Brasil y Chile. Además, es recomendable aplicar medidas para favorecer las uniones entre empresas extranjeras y españolas para una internacionalización conjunta.

4) Disponibilidad de recursos financieros para la internacionalización. Es esencial trabajar y poner en marcha mediadas para mitigar la escasez y el coste de los productos y servicios financieros para la internacionalización, tanto en el medio y largo plazo como en el corto. Para ello es necesario revisar los mecanismos y fuentes de financiación para apoyar la inversión y las operaciones de exportación trabajando sobre herramientas innovadoras de capital riesgo público o de coinversión público privada.

5) Apuesta por la internacionalización con marca. Como vía de generar innovación, diferenciación y valor añadido en la oferta de productos y servicios y como herramienta para fidelizar a consumidores y clientes. No se trata solo de vender más, sino mejor, a través de la diferenciación y la marca. Hay pues que apoyar a las marcas de mayor potencial internacional.

6) Promoción y defensa de la imagen país. Dirigida y coordinada desde las Administraciones Públicas pero contando con la colaboración de todos los agentes (marcas líderes, sociedad civil, amigos de la marca España y marcas españolas en el exterior) a través de una colaboración público-privada.

Para estructurarlo habría que extender la concesión de los incentivos fiscales otorgados a los ‘eventos de excepcional interés público’ a los patrocinios de las acciones de promoción de la imagen de España en el exterior. También sería conveniente implementar un plan de co-branding entre las marcas comerciales y la imagen de los productos y servicios españoles.

7) Saber gestionar el talento y contar con los equipos adecuados. La internacionalización es difícil si no se cuenta con los profesionales y directivos que soporten esa estrategia. En España el número de profesionales capacitados para esta tarea es limitado. Se trata de un problema más de actitud que de formación, aunque esta última es esencial.

Entre otras medidas, hay que impulsar el aprendizaje de idiomas, promover la cultura emprendedora desde la infancia y contar con la legislación adecuada para facilitar la entrada en España de empresarios y profesionales con alto nivel de cualificación. También hay que mejorar las relaciones Universidad-Empresa. Una de las grandes asignaturas de la economía española es la puesta en valor por parte de las empresas del conocimiento y la investigación generados en las universidades, así como una mayor participación de las empresas en la formación de los universitarios españoles. El reto es desarrollar una mentalidad global.