El Club de Exportadores recomienda al gobierno el diseño de políticas a corto y medio plazo que incrementen el atractivo de España para la inversión extranjera en un contexto de posible reducción de flujos de capital

Aunque el stock global de IED se sitúa en máximos históricos, la inversión en nuevos proyectos se mantuvo en 2021 por debajo de los niveles anteriores a la pandemia, tendencia que también se observa en España.

Las filiales extranjeras en España representan solo el 0,5% del total de empresas, pero contribuyen al 16% total de las personas ocupadas, generan casi el 29% de la cifra de negocios total y son responsables del 41% de las exportaciones españolas.

Su mayor tamaño (152 empleados de media frente a 6 de las empresas españolas) las hace más resientes ante los cambios de ciclo económico.

Madrid, 14 de noviembre.- El Club de Exportadores e Inversores Españoles, a través de una nota técnica aprobada por su Comité de Reflexión sobre Internacionalización, del que forman parte expertos del mundo académico, institucional y empresarial, recomienda al Gobierno el desarrollo de políticas concebidas a corto y medio plazo para atraer inversión extranjera directa (IED) a España en vista del actual contexto de creciente competencia internacional y en un entorno además de posible declive de flujos inversores.

Según los últimos datos de la UNCTAD, los flujos mundiales de IED remontaron en 2021 un 64%, hasta los 1,58 billones de dólares, superando ya los niveles anteriores a la pandemia, lo que llevó el stock global de IED a un máximo histórico de 45,4 billones de dólares.

Sin embargo, como alerta Marian Scheifler, socia directora de la consultora especializada SIfdi y autora de la nota técnica titulada “Tendencias de la inversión extranjera y situación de España en el escenario global”, la inversión greenfield (en nuevos proyectos) se mantuvo en 2021 por debajo de los niveles anteriores a la pandemia en la mayoría de los sectores. “Las tendencias en los últimos años apuntan a un descenso en el número de nuevos proyectos”, señala Scheifler, quien incide además en que esta deriva se constata también en la evolución de la IED que recibe España.

De hecho, aunque la IED en España en 2021 alcanzó los  21.957 millones de euros de inversión neta, y en el primer semestre de 2022 ya se han alcanzado 15.660 millones, superando la media de flujos netos de inversión en la última década, que  ascendió a 18.846 millones anuales, se aprecia una “evolución creciente de las operaciones de adquisición como forma de inversión, muy por encima de las operaciones de reinversión y/o ampliación, o de nuevas inversiones en el total de flujos de inversión”, explica Marian Scheifler.

De esta manera, mientras que las operaciones de adquisición representaron un 53% del total en 2021, las nuevas inversiones solo alcanzan el 19%. “Esta tendencia tiene indudables repercusiones en términos de las políticas que pueden arbitrarse en términos de promoción y facilitación de IED”, señala la especialista.

Un factor clave para el desarrollo económico de España

Según los últimos datos publicados, referidos a 2020, el Registro de Inversiones Extranjeras de la Secretaría de Estado de Comercio contabiliza más de 18.300 empresas de capital extranjero activas en España, responsables de 1,7 millones de empleos directos, un 8,8% de la población ocupada y de una facturación de 502.904 millones de euros.

Además, a pesar de representar tan solo el 0,5% de las empresas activas en el país (el 1% si nos referimos solo a las industriales), contribuyen al 16% total de las personas ocupadas y generan casi el 29% de la cifra de negocios total de las empresas en España. Son además responsables del 41% de las exportaciones españolas en los sectores industrial, comercio y servicios (el 50% en el caso de la industria).

En su informe, el Comité de Reflexión sobre Internacionalización pone de manifiesto que las filiales extranjeras en España son también más resistentes a los ciclos económicos, como se pone de manifiesto con los datos que se desprenden de 2020, el ejercicio de la pandemia. En ese año, mientras se destruyeron en España 622.600 empleos, según la EPA, las filiales de los sectores industrial y comercial generaron 17.691 nuevos puestos de trabajo asociados a su actividad en relación con el año precedente.

La clave para esta mayor resistencia reside en el tamaño empresarial: la empresa española tiene 6 empleados de media, en tanto que las filiales extranjeras cuentan con 152 empleados. “El tamaño es igualmente relevante a la hora de explicar las diferencias de productividad empresarial, por su mayor capacidad innovadora, acceso a la tecnología y mayor gasto en I+D”. Todo ello justifica, en definitiva, que “las filiales de empresas extranjeras hayan resistido mejor que la media de las empresas españolas a la crisis en 2020”, asegura Scheifler.

Construir la cartera de prioridades para captar IED sostenible en España

La experta considera que, a pesar del procedimiento de control y autorización previa de las inversiones extranjeras que decretó el Gobierno español en marzo de 2020, en línea con la actuación de otros países desarrollados, y que se mantendrá vigente en principio hasta el próximo 31 de diciembre, “no parece que hasta el momento haya supuesto una rémora para la dinámica de la inversión extranjera en nuestro país”.

No obstante, cree que el Gobierno español debería imponerse el objetivo de impulsar la IED, pues del éxito de esta operación depende en buena medida el crecimiento económico de España. Con este objetivo, el Comité de Reflexión sobre Internacionalización considera necesario definir y construir “la cartera de prioridades en relación con la inversión sostenible, aquella que cumple con los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo) y es generadora de riqueza y empleo para los ciudadanos”.

“Construir y hacer pública esa cartera no solo posiciona mejor a España y sus territorios en el contexto inversor internacional, sino que hace predecible y más transparente la ejecución de los fondos públicos y, por ende, la rendición de cuentas como mecanismo de medición para los stakeholders”, se señala en la nota, que incide además en la necesidad que tiene España de “tener ambiciosos objetivos de inversión extranjera sostenible”.

El Comité de Reflexión sobre Internacionalización defiende que la política de atracción de inversión sea dictada desde las más altas instancias de gobierno, “con una sola voz y escuchando activamente a las empresas extranjeras que más han apostado por la generación de valor en España”, como en la práctica han hecho “Francia con su iniciativa Choose France o elOffice for Investment de Reino Unido”.  Asimismo, propone que en España se impulse el desarrollo de programas y plataformas de oferta y demanda de talento, con servicios especializados, como los existentes en otros países y regiones europeas.

Finalmente, en relación con los mecanismos de control y autorización previa de la IED establecidos por los Gobiernos, “que han venido para quedarse”, el Comité de Reflexión sobre Internacionalización considera que tienen que ser compensados con incentivos o “vitaminas” a las empresas para mejorar el atractivo de España.