El sector exportador será el más perjudicado por la reducción de jornada impuesta por ley, de manera unilateral y sin contrapartidas.

Madrid, 11 de noviembre.- El Club de Exportadores e Inversores Españoles ha manifestado hoy su “total oposición” a la reducción de la jornada laboral en cómputo semanal, de las actuales 40 horas a 37,5, que el Gobierno pretende imponer aún sin el acuerdo con las organizaciones empresariales y sin contrapartidas en materia salarial.

Según el Club, “si esta medida se lleva a cabo, supondrá un incremento injustificado de los costes laborales para todas las empresas españolas, pero será especialmente lesiva para las exportadoras, cuyos productos y servicios tienen que competir, no con los de otras empresas españolas que también sufren el aumento, sino con los de otros países de todo el mundo, en los cuales evidentemente no opera la medida”.  

Y dentro del sector exportador – añade el Club –“ las empresas más castigadas serán precisamente las que  incorporan a sus productos un mayor componente de mano de obra, es decir, las que más empleo crean en España. Esto se va a producir, precisamente, cuando el impulso del sector exportador, que comenzó en 2008 y ha batido récords año tras año hasta representar el 41 % del PIB, está comenzando a agotarse y nos alejamos de las cifras alcanzadas en 2022, ejercicio que marca la cota más elevada en productos exportados por España.”

Entre las razones alegadas por el Club de Exportadores e Inversores contra esta medida cabe destacar:

  • ES INNECESARIA. La llamada ‘Ley de las 40 horas’, promulgada en 1983, estableció la prohibición para el empresario de fijar jornadas superiores a 40 horas en cómputo semanal, como forma de proteger la salud física y mental de los asalariados. Desde esa fecha no han empeorado las condiciones en que los trabajadores desempeñan sus tareas. Antes al contrario, han mejorado en todos los sectores,  por lo que resulta de todo punto innecesario reducir a 37,5 horas ese límite máximo.
  • ES ALTAMENTE LESIVA PARA LA CREACIÓN DE EMPLEO. Un descenso de más del 6 % en la jornada laboral, sin la contrapartida de una reducción equivalente de salarios,  supondrá un porcentaje similar de incremento en los costes laborales, lo que reducirá la capacidad de generación de empleo de las empresas. Esto afectará sobre todo a las que son más intensivas en mano de obra.
  • VULNERA EL DIÁLOGO SOCIAL.  A pesar de las reiteradas manifestaciones a favor del consenso en medidas de este tipo, el Gobierno ya ha anunciado que sacará adelante la reducción aunque no cuente con el apoyo de las organizaciones empresariales, cuando serán las empresas las principales perjudicadas. Ello vulnera el principio de concertación y diálogo social que se propone como método, tanto en la Unión Europea como en España.
  • REPERCUTIRÁ NEGATIVAMENTE EN LA NEGOCIACIÓN COLECTIVA.- Si a una jornada máxima legal de 40 horas corresponde una jornada media pactada en convenio de 38,3 horas, es lógico suponer que la reducción de la jornada máxima legal  a 37,5 horas repercutirá también en la negociación colectiva, donde se negociarán jornadas (en media nacional)  por debajo de las 36 horas semanales. Y de aquí a descontar tasas medias de absentismo superiores al 7 % a nivel global, lo que situará el tiempo efectivamente trabajado en menos de 33,5 horas semanales.