El viento exportador sopla a favor
Antonio Bonet (presidente del Club)
Revista Ejecutivos
Febrero de 2018
La economía española continuará en una fase expansiva durante 2018. Aunque hace meses el consenso de los analistas preveía una cierta ralentización del crecimiento, los últimos datos, en ausencia de graves conflictos internos y externos, apuntan a que nos moveremos en niveles muy cercanos al 3% del PIB, lo que consolidará una etapa de extraordinario dinamismo económico que ya dura 17 trimestres.
Una vez superada la crisis, el sector exterior se ha consolidado como uno de los motores de nuestro sistema productivo. A falta de conocer los datos definitivos de 2017, se calcula que las exportaciones de bienes y servicios alcanzaron la cifra récord de 390.000 millones de euros, una cifra equivalente al 33% del PIB. El sector exterior mantiene una tendencia creciente desde el año 2010 y todo indica que continuará así en 2018.
En este positivo comportamiento de las exportaciones influye, qué duda cabe, una coyuntura internacional que parece avanzar al unísono por sendas de crecimiento, y de la que participan también los países emergentes. Las estimaciones de crecimiento de la economía mundial se sitúan este año en el 3,8%, superando en dos décimas el alza registrada hace un año. E incluso economías como la europea, que han tardado más tiempo en despegar, acreditan ahora un ritmo de avance cercano al 2,5%, sin duda el mejor dato desde hace muchos años.
A pesar de que en el panorama se otean ciertas amenazas para volver al proteccionismo económico, como apuntan las posiciones que parecen defender gobiernos como el de los Estados Unidos o incluso el británico, inmerso en la gestión de un complejo proceso de desconexión con la Unión Europa, lo cierto es que la realidad, o al menos la voluntad de otros importantes actores de la economía mundial, parecen moverse en sentido contrario.
Estamos siendo testigos, por ejemplo, de grandes operaciones de aperturismo económico y comercial como la que representa la nueva Ruta de la Seda, que quiere impulsar China para expandir su economía al resto del mundo, pero que, por el camino, generará interesantes oportunidades para muchos países que están directamente concernidos por este ingente plan de infraestructuras.
Y también la iniciativa de la Unión Europea para generar acuerdos de libre comercio con grandes mercados mundiales no pasa desapercibida para los analistas. Tras la entrada en vigor del CETA en 2017, que aumentará el intercambio económico y comercial con Canadá, esperamos que entre en vigor pronto el nuevo acuerdo con Japón y que se cierren las negociaciones con Mercosur, en marcha desde hace quince años. Igualmente sería deseable la pronta actualización de los tratados comerciales con México y Chile.
Buena noticia para España y para el mundo es también la transformación económica que ya se empieza a atisbar en Africa. La inversión extranjera directa en ese continente supuso 92.300 millones de dólares en 2016, lo que representa un incremento del 40% respecto al año anterior, según los datos del Africa Investment Report 2017, siendo la construcción y la industria los dos sectores que más capital están atrayendo.
Desde el Club de Exportadores confiamos en la capacidad de nuestras empresas para continuar con su proceso de expansión internacional, lo que debería llevarnos en los próximos años a elevar nuestra cuota de participación en el comercio mundial de bienes, hoy situada en el 1,8%. A este objetivo contribuirá la Estrategia de Internacionalización de la Economía Española 2017-2027, aprobada por el Consejo de Ministros en septiembre de 2017 y pendiente aún de concreción. Si somos capaces, como se señala en este documento, de favorecer la competitividad de nuestro tejido empresarial, y en particular de las pymes, las perspectivas para nuestra economía serán realmente muy positivas.