Charlando con Álvaro Bustamante, Técnico Comercial y Economista del Estado, expresidente de CESCE

24 noviembre 2022 /

Esta entrevista pertenece al nº10 de la newsletter: “Proyección exterior de la economía española”. Haz clic aquí para leer la newsletter completa.  

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“El Consenso de la OCDE siempre ha planteado problemas entre los países miembros que están obligados a cumplirlo y los que no son miembros”.

“Hay una falta de visión clara de lo que los países de África subsahariana van a representar en un futuro muy próximo”.

“En Latinoamérica ‘pintan bastos’ desde el punto de vista político, con un claro giro hacia el populismo de izquierdas, que puede llevar al continente a una década perdida”.

“Es necesaria una política exterior bien definida entre Administración y administrados”.

Técnico Comercial y Economista del Estado, Álvaro Bustamante tiene una dilatada carrera en la Administración y en el sector privado. En la Administración ha ocupado diversos puestos, entre los que destaca el de presidente de CESCE. En esta entrevista nos habla de los riesgos que afrontan las empresas españolas en sus procesos de internacionalización, el sistema de apoyos financieros a la internacionalización, el Consenso de la OCDE, las tensiones con China, las perspectivas de África, Latinoamérica, etc. 

  • ¿Cuáles son los riesgos principales que afrontan en los actuales momentos las empresas en su actividad internacional?

En mi opinión, actualmente las empresas en su actividad internacional se van a encontrar en unos mercados marcados por las crisis derivadas de la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania. Precios desbocados, grandes cuellos de botella en suministros y restricciones de crédito, debido a los altos tipos de interés y la inflación desbocada. Una situación económicamente muy difícil.

  • Con los recientes acontecimientos, (pandemia, guerra en Ucrania, conflictos con China, etc.), ¿han adquirido los riesgos políticos y extraordinarios una importancia especial para la actividad internacional de las empresas?

En este contexto internacional tan complicado, los riesgos políticos y extraordinarios se convierten en una necesidad si cabe más importante todavía para el sector exportador, en función de cómo afecte la crisis a los países destino de estas exportaciones.

  • ¿Cómo deben reaccionar las empresas ante estos riesgos? ¿Qué recomendaciones les daría? ¿Cómo deben adaptar sus estrategias?

Siempre se ha comentado que lo peor del seguro es el pago de las primas, preocupación continua de los exportadores, pero es peor tener un siniestro cuando no tienes seguro porque ello te puede llevar a una situación en tu cuenta de resultados de difícil arreglo.

Cada empresario sabe, en base a su experiencia reciente, cuáles son las medidas que debe adoptar en situaciones de normalidad en los mercados. Ahora, en medio de una crisis importante, es necesario adoptar las máximas cautelas posibles, pero no soy partidario de aconsejar a nadie sino de recomendar máxima prudencia.

  • ¿Qué implicaciones puede tener la rivalidad con China, desde el punto de vista de la actividad internacional de las empresas? ¿Qué opina del desacoplamiento? ¿Deben las empresas revaluar su estrategia hacia el mercado chino?

Hace tiempo que no sigo de cerca la situación del mercado chino, aunque leo como todos, vía la prensa y otros informes, lo que se informa de este

importantísimo mercado.

Creo que Europa se ha quedado un tanto dormida viendo cómo China se implanta en África e Hispanoamérica y que Estados Unidos, también con retraso, empieza a ser conscientes del enorme crecimiento de China y la amenaza que supone para su economía.

Desgraciadamente, nuestra capacidad de influir es bajísima y sectores clave de la industria española dependen, en gran medida, de los inputs provenientes del mercado chino y de otros países asiáticos.

La reciente crisis de China / Taiwán pone de manifiesto la ausencia de políticas europeas claras para buscar alternativas, por ejemplo, a la producción de chips y semiconductores, que son esenciales para la industria del automóvil o del medio ambiente.

  • Con las disrupciones del comercio internacional que se han producido en los últimos tiempos, ¿cree que se abren nuevas oportunidades para África subsahariana? ¿Debería prestarse por parte de España una mayor atención a esta zona?

El continente africano y, desde luego, el África Subsahariana es una asignatura pendiente de nuestro comercio exterior.

Creo que hay una falta de visión clara de lo que estos países van a representar en un futuro muy próximo, así como de las decisiones de nuestros competidores como, por ejemplo, el caso de Francia, que pone grandes medios para promover su presencia en estos mercados. Esto nos deja en una situación próxima al ridículo.

No sé si la “ley de la gestión de la deuda” sigue en vigor, pero los límites que en su día impuso a estos mercados hizo daño a nuestros exportadores. Claramente pienso que es necesaria una política mucho más agresiva en todo el continente africano.

  • En Latinoamérica ha habido una fuerte progresión de gobiernos de izquierda. ¿Cómo valora este fenómeno desde el punto de vista de los riesgos de las empresas?

En Latinoamérica “pintan bastos” desde el punto de vista político, con un claro giro hacia el populismo de izquierdas, que puede llevar al continente a una década perdida. No sería una situación nueva sino la repetición de circunstancias ya vividas en el pasado.

La prudencia es siempre muy recomendable en estas situaciones, porque es en este continente donde las inversiones españolas en el exterior tienen un mayor peso y en algunos sectores, como el financiero o el energético, son muy importantes.

  • ¿Cómo valora la situación actual del Consenso de la OCDE? ¿No están las empresas sujetas a él en situación de desventaja frente a competidores que están al margen del Consenso, como China? ¿Qué se puede hacer al respecto?

El Consenso de la OCDE siempre ha planteado problemas entre los países miembros que están obligados a cumplirlo y los que no son miembros o, aunque lo sean, hacen “lo que les viene en gana”.

Lo que se puede hacer es, en mi opinión, acometer una estrecha política de cooperación con nuestros colegas más próximos. Las reuniones bilaterales, hoy en día en desuso, entre miembros de la Unión Berna, eran a mi juicio muy útiles para este tipo de situaciones en las que es necesario de vez en cuando “plantar cara” a un problema muy grave para la competencia internacional.

  • ¿Cómo valora el sistema de apoyos financieros a la internacionalización que existe en España en la actualidad? ¿Qué recomendaciones haría sobre el mismo?

Sobre el sistema de apoyo a la Internacionalización siempre he creído que corresponde a nuestras autoridades marcar claramente las políticas a seguir, pero es igual o más importante todavía dejar la flexibilidad necesaria para aplicarlas y, lo que es más importante, fiarse mucho más de las instituciones que deben ejecutarlas, dándoles un mayor margen de libertad.

Dejar trabajar con mayor libertad a nuestras instituciones, como CESCE, ICO, ICEX, etc., y seguir las recomendaciones del Club de Exportadores e Inversores (aunque sea solo de vez en cuando), a impulsar colaboraciones útiles con las empresas, agrupaciones de exportadores e instituciones del sector público, sería muy deseable.

  • Algunas empresas españolas se quejan de que, en cuanto a instrumentos financieros, se encuentran en desventaja en relación con otros países competidores de nuestro entorno. ¿Está de acuerdo con esta queja? ¿Qué aspectos deberían mejorarse?

Respecto a las quejas del sector, que siempre son recurrentes en lo que se refiere a las desventajas respecto a la competencia, diría que hoy día se conoce con mucho detalle todo lo que nuestros competidores ponen a disposición de sus exportadores. Aquí se avanza lo que se puede, o lo que te dejan, y buena prueba de ello son, por ejemplo, las nuevas “pólizas verdes” puestas en vigor recientemente por parte de CESCE.

Pero hay que reconocer que no toda la exportación tiene “color verde”, existen muchos mercados difíciles y complicados, y la palabra clave es la “flexibilidad”; y ahí me da la impresión de que a nuestras autoridades les preocupan más otras prioridades.

Es necesaria una política exterior bien definida entre Administración y administrados.

¿Tenemos ahora de verdad una política para el sector exterior español?

La cuenta corriente de nuestra balanza de pagos jugará a corto plazo un papel clave, en el que la exportación debe ser clave y no un recurso aplicable solo en situaciones de crisis.

Entrevista exclusiva para Club De Exportadores e Inversores.