El sector exterior español: análisis del 2023 y retos para el 2024

30 enero 2024/

Por Antonio Bonet Madurga, presidente del Club de Exportadores

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Este artículo pertenece al nº23 de la revista electrónica: “Proyección exterior de la economía española”. Haz clic aquí para leer la revista electrónica completa.

Análisis de la evolución reciente del sector exterior de la economía española. El autor destaca factores positivos como la buena marcha de las exportaciones de servicios no turísticos y otros menos favorables como la desaceleración que ha registrado en 2023 la exportación de bienes. Igualmente incide en la necesidad de abordar los problemas estructurales de la economía española. Artículo basado en el discurso pronunciado por el autor en la entrega de los XXI Premios a la Internacionalización.

El año 2023 ha sido un año difícil para la economía internacional. Todos conocemos los problemas a los que se ha enfrentado el comercio y la inversión mundiales. Entre los más relevantes cabe citar: tipos de interés elevados, inflación, guerra de Ucrania y en Oriente Medio, reducido crecimiento económico, rivalidades geoestratégicas (China-Estados Unidos), y políticas proteccionistas en muchos países, incluyendo Estados Unidos.

A pesar de las dificultades internacionales el sector exterior de España no ha tenido un mal año: ha habido buenas noticias y no tan buenas. La exportación de servicios no turísticos se ha comportado magníficamente. Por cierto, sería conveniente que nuestras autoridades publicaran más información y con más rapidez sobre este sector. Tenemos unas empresas estupendas de ingeniería, construcción, consultoría, servicios financieros, … que están ganando cuota de mercado a nivel mundial. El turismo exterior se ha recuperado y hemos superado los niveles previos a la pandemia. Es también una buena noticia que el tradicional déficit de nuestra balanza comercial se ha reducido muy sustancialmente.

Pero nos preocupa la exportación de bienes, que lleva varios años perdiendo dinamismo. En el periodo enero – noviembre de 2023 ha alcanzado € 354.000 millones, un 0,7% inferior a la del mismo periodo del 2022. En volumen, el año pasado ha caído casi un 5%. Si miramos en detalle las cifras del 2023 vemos que todos los meses desde abril a noviembre la exportación de bienes ha disminuido tanto en volumen como en valor. Estamos perdiendo cuota de mercado global, lo que viene sucediendo desde hace unos años.

En el Club de Exportadores e Inversores estimamos que el 2024 va a ser también difícil para nuestro sector exterior. La principales amenazas e incertidumbres que hemos tenido en el 2023 van a continuar. El Banco Mundial acaba de publicar unas estimaciones que indican que el crecimiento mundial del PIB y del comercio en el 2024 serán inferiores a los ya exiguos alcanzados el año pasado. Es muy probable que a corto y medio plazo nuestro sector exterior deje de seguir siendo el principal motor de la economía española, como lo ha sido desde la crisis financiera del 2008. Recordemos que la exportación de bienes y servicios ha pasado de representar el 23% de nuestro PIB al 42%.

Esta gradual pérdida de dinamismo de nuestra exportación es consecuencia tanto de problemas estructurales de nuestro sector exterior, como de otros que afectan a nuestra economía en general. En cuanto a los problemas estructurales que tiene nuestra exportación, solo voy a mencionar tres de ellos.

1) Insuficiente diversificación geográfica. Dirigimos a Europa el 75% del total de nuestras ventas exteriores. Por el contrario, a Estados Unidos, China y Japón destinamos únicamente el 8%, a pesar de que entre los tres suponen más del 30% de la importación mundial. Las regiones de mayor crecimiento del mundo (África, India y Sudeste Asiático) absorben una parte muy pequeña de nuestras ventas.

2) Reducido número de exportadores. En España hay más de 2 millones de empresas, pero únicamente 53.000 exportadores regulares. Es cierto que en una década han aumentado en un 55%, pero siguen siendo muy pocos y, además, su número está cayendo desde el año 2021.

3) Excesiva concentración de la exportación en muy pocas empresas. El 66% de la exportación de bienes lo realizan únicamente 1.000 empresas. Y esto es así desde hace 25 años. Esto supone un riesgo muy importante para nuestro país, puesto que si muchas de esas 1000 empresas deciden trasladar sus centros de producción a otros países podemos tener una crisis importante. Y pueden hacerlo porque consideren que en España el entorno regulatorio es excesivamente volátil, porque las contribuciones a la seguridad social son menos atractivas que las de nuestros vecinos, o porque el entorno fiscal se vuelve arbitrario y hostil a la empresa, entre otras razones.

Desde el Club de Exportadores pensamos que para mitigar estos problemas en el 2024 es necesario reforzar los programas existentes para diversificar nuestra exportación, como el PASE, que son positivos aunque no estén ofreciendo aún los resultados que todos esperamos. Es necesario también ampliar los actuales programas e instrumentos de la Secretaría de Estado de Comercio y el ICEX dirigidos a aumentar el número de exportadores, tanto regulares como los que se inician en la internacionalización.

Los exportadores aplaudimos también los esfuerzos que se han llevado a cabo durante el año pasado por agilizar la tramitación de los instrumentos de apoyo financiero a la internacionalización. Todavía hay camino por recorrer para estar en iguales condiciones que nuestros competidores, pero vamos en el buen camino. Nos complace especialmente que se vaya a intentar que no desaparezca el FIEM no reembolsable para estudios de viabilidad, que se puso en marcha con fondos EU Next Generation y que puede desaparecer este año.

En cuanto a los problemas estructurales de la economía española que influyen directamente en la internacionalización voy a resaltar dos de ellos. Por una parte, el reducido tamaño medio de nuestras empresas, mucho menor que el de Alemania o el del Reino Unido o el de Francia. Es bien conocido que es muy difícil que exporten las microempresas y que, a medida que aumenta el tamaño también aumenta la facilidad para internacionalizarse. Las empresas de mayor tamaño tienen mayor propensión a exportar, invierten más en I+D+i, son más productivas, generan empleo de mayor calidad y son más resilientes.

El segundo problema estructural de nuestra economía es que el crecimiento de la productividad en nuestro país lleva muchos años estancado, lo que afecta a la competitividad de nuestro sector exterior. Si conseguimos que aumente el tamaño medio de nuestras pymes contribuiremos también a este objetivo.

Es necesario, por tanto, acometer reformas regulatorias de tipo fiscal y laboral que no penalicen el que las empresas puedan crecer. Y esto no tiene coste presupuestario, lo que vendrá bien para cumplir con los objetivos de reducción del excesivo déficit y elevada deuda pública que nos marca Bruselas. Pero además es necesario que se acometan políticas activas de oferta que incentiven el crecimiento empresarial, aunque éstas sí pueden tener coste presupuestario.

Hemos mencionado más arriba que este año vamos a tener un entorno económico internacional complejo y que el crecimiento económico va a ser muy limitado. Por ello el 2024 puede ser un buen momento para diseñar políticas que solucionen esos problemas estructurales, poniendo en marcha las reformas oportunas. Pensamos que puede facilitar esta labor el que se han concentrado en un solo ministerio las competencias de economía, comercio y empresa.

Por último, quisiera resaltar que las empresas consideramos muy importante tener un entorno regulatorio y fiscal estable y predecible, donde no aumente la carga fiscal y de costes laborales que tenemos que soportar las empresas y que ese entorno regulatorio no discrimine ni por el sector de actividad ni por la localización geográfica.

Artículo exclusivo para Club de Exportadores e Inversores Españoles.