Una tarea urgente e importante: mejorar el marco para el talento
Por Enrique Fanjul, socio de Iberglobal y miembro del Comité de Reflexión sobre Internacionalización del Club de Exportadores
Este artículo pertenece al nº11 de la newsletter: “Proyección exterior de la economía española”. Haz clic aquí para leer la newsletter completa.
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El talento se ha convertido, en la economía de nuestros días, en un factor clave para las empresas, y en particular para sus decisiones de localización de inversiones. España tiene ante sí retos de envergadura para mejorar su marco para el desarrollo, atracción y retención del talento.
Recientes estudios comparativos sobre el nivel del talento a nivel internacional, realizados por entidades de prestigio, y que son una fuente de referencia para las empresas internacionales, muestran efectivamente una posición de España que dista de ser óptima. El World Talent Ranking 2022 de la escuela de negocios IMD, sitúa a España en el puesto 32 de su ranking de competitividad del talento, entre 63 países considerados. Encabezan el ranking Suiza, Suecia e Islandia.
Además, la posición de España, como puede verse en el gráfico adjunto, se mantiene estancada, sin mejorar, en estos últimos años. España aparece por detrás de países como Chipre, Portugal, República Checa, Lituania.
Fuente: IMD World Talent Ranking 2022
Otro estudio de relevancia es el Global Talent Competitiveness Index 2022, preparado por la escuela de negocios INSEAD, y que también es una fuente de referencia para las empresas internacionales. Aquí España aparece en un puesto similar, el 29 (sobre un total de 133 países considerados).
En el estudio del INSEAD, Suiza vuelve a ocupar el primer puesto, seguida de Singapur y Dinamarca. España también aparece aquí por detrás de países como Portugal y República Checa, y prácticamente empatada con Chipre.
Fuente: INSEAD. The Global Talent Competitiveness Index 2022
Numerosos aspectos para mejorar
Estos estudios internacionales ponen de relieve una serie de aspectos del marco para el talento en España que merecen ser objeto de atención. Las rigideces del marco laboral, la inadecuación del sistema educativo y la escasa capacidad para atraer y retener talento son algunos de los principales elementos negativos.
En cuanto a las ineficiencias del marco laboral, España debe mejorar las políticas activas de empleo, la colaboración entre empresas y empleados, y la relación entre productividad y remuneración de los trabajadores.
De estos estudios se deduce también la inadecuación del sistema educativo en relación con las necesidades de la economía. España tiene buena valoración en número de estudiantes en educación superior, así como en la calidad de las escuelas de negocios. Sin embargo, obtiene muy mala valoración en lo que se refiere a población con educación secundaria (en el que, por ejemplo, España ocupa el puesto 83 en el estudio del INSEAD).
Es frecuente escuchar quejas entre las empresas sobre la necesidad de talento en ciertos sectores, particularmente los tecnológicos; en paralelo, un elevado número de titulados superiores tiene grandes dificultades para encontrar empleo.
La inadecuación del sistema educativo se refleja de forma directa en una de las variables consideradas, la relevancia del sistema educativo para la economía, que mide hasta qué punto el sistema educativo responde a las necesidades de una economía competitiva: España se sitúa aquí en un atrasado puesto 70 en el estudio de INSEAD.
Tradicionalmente se ha citado como uno de los principales obstáculos para el desarrollo del talento en España la escasa conexión que existe entre las universidades y las empresas. Esta es una diferencia clave entre España y los países europeos más avanzados. El limitado alcance de las prácticas en empresas durante el periodo de formación en la universidad, los obstáculos administrativos para compaginar una carrera profesional en una empresa con la enseñanza en la universidad, son algunos de los elementos que están detrás del alejamiento de las enseñanzas universitarias respecto a las necesidades del sistema productivo. La excepción en este tema son las excelentes escuelas de negocio con las que cuenta España, que ocupan posiciones de liderazgo a nivel internacional.
Superar la disociación que existe entre la universidad española y las necesidades del tejido empresarial es uno de los grandes retos del sistema educativo, que no recibe la atención que merece.
El valor de la experiencia internacional
Las empresas valoran positivamente a aquellos profesionales que tienen una experiencia internacional, adquirida mediante el trabajo en otros países, bien sea en empresas españolas o en empresas internacionales. Esta experiencia es muy positiva: permite conocer otras culturas de trabajo, desarrollar capacidades de comunicación intercultural y de adaptación a entornos diversos; en suma, potencia las capacidades para el trabajo internacional.
La experiencia internacional se relaciona también con otro aspecto que lamentablemente persiste en el tiempo como un serio lastre para la internacionalización de la economía española: las limitaciones en el conocimiento de lenguas extranjeras. Según el estudio de IMD, España ocupa el puesto 53 (entre 63 considerados) en cuanto a “habilidades lingüísticas”.
Como refleja el gráfico que recogemos a continuación (extraído del último informe “La Inversión Extranjera Directa en España”, de la consultora SIfdi), la disponibilidad de recursos humanos es un determinante clave (el 3º en importancia) en los determinantes de las inversiones extranjeras.
La valoración de España es manifiestamente mejorable, y creo que no se corresponde con su papel en la economía internacional. Mejorar el marco para el talento es una tarea, urgente e importante, que el país debe afrontar con la atención que merece.
Fuente: SIfdi
Artículo exclusivo para Club De Exportadores e Inversores.