Mejoran las perspectivas para las inversiones extranjeras, a pesar del lastre institucional (y sin tener en cuenta Ucrania…)
Por Enrique Fanjul, socio de Iberglobal
Este artículo pertenece al nº3 de la newsletter: “Proyección exterior de la economía española”. Haz clic aquí para leer la newsletter completa.
Las perspectivas de las inversiones extranjeras en España han mejorado de forma notable, según el “Barómetro del clima de negocios en España 2021. Desde la perspectiva del inversor extranjero. Resultados 2021”, la última edición de un estudio que elaboran ICEX-Invest in Spain, Multinacionales por Marca España y el International Center for Competitiveness (ICC) del IESE, presentado el pasado mes de febrero.
Hay que hacer sin embargo una matización importante: el estudio está basado en una encuesta entre más de 730 empresas extranjeras implantadas en España que fue realizada en el último trimestre de 2021, con bastante anterioridad a la crisis y guerra en Ucrania. La guerra está teniendo importantes consecuencias sobre la economía mundial, y lógicamente sobre la economía española, e impactará sin duda a la actividad de las empresas extranjeras en España -como afectará a todos los agentes económicos en general-.
En línea con anteriores ediciones del estudio, los factores institucionales son los que reciben una peor valoración por parte de los inversores extranjeros, mientras que las infraestructuras y la calidad de vida son los mejor valorados.
Se trata de la 14 edición de un estudio que se han convertido en una publicación de referencia para conocer cómo valoran las empresas extranjeras el clima de negocios en España.
2021, un año de avance
Esta edición refleja una clara mejora en la situación y actividad de las empresas encuestadas. Así, un 90% de éstas aumentaron o mantuvieron sus inversiones en 2021, y un 93% tienen previsto aumentar o mantenerlas en 2022.
Los datos sobre empleo son muy positivos: “Las previsiones de empleo también mejoran sustancialmente. En 2021, un 88% de las empresas aumentó o mantuvo sus plantillas, y tan sólo un 12% las redujo, frente a 2020 en que un 25% de las empresas afirma haber reducido las plantillas. Para 2022 las previsiones son aún mejores, y un 94% de las empresas esperan aumentar o mantener sus empleados”.
Las perspectivas de facturación también evolucionan de forma positiva: “Frente a un 54% de las empresas que disminuyó su facturación en 2020, tan sólo un 14% lo hizo en 2021. Para 2022 un 71% de las empresas espera aumentar su facturación, un 23% espera mantenerla y tan sólo un 6% contempla reducirla”.
El barómetro avala un dato conocido pero muy llamativo: el peso que tienen las empresas con capital extranjero en la exportación. Un 75% de ellas son exportadoras.
Otro dato significativo es el que se refiere a los principales motivos para instalarse en España, siendo el primero la localización geográfica. Es un importante activo con el que cuenta España: su papel de plataforma hacia la Unión Europea, pero también otras zonas, como África.
Fortalezas y debilidades
El barómetro analiza cuáles son las principales fortalezas y debilidades que perciben las empresas extranjeras en el clima de negocios en España. Aquí no hay cambios significativos respecto a anteriores ediciones.
Las áreas que reciben una mejor valoración son Infraestructuras y Calidad de Vida, seguidas por el Tamaño de Mercado y Capital Humano. Las menores valoraciones corresponden al Entorno Regulatorio, la Fiscalidad y la Innovación.
Hay que señalar que, en líneas generales, estas valoraciones se alinean con los resultados de otros estudios similares sobre valoración del clima de negocios por parte de empresas de países individuales, (véase por ejemplo el estudio de evaluación del clima de negocios por parte de las empresas canadienses, que comenté en el anterior número de esta Newsletter).
“Los inversores valoran muy positivamente la calidad de las carreteras, las estructuras y servicios de telecomunicaciones o los aeropuertos. También destacan aspectos de Capital Humano, como la disponibilidad de mano de obra cualificada, en este caso con titulación universitaria, y temas relativos a la Calidad de Vida como la seguridad o el ocio y la cultura, fortalezas recurrentes de España”.
Este año el coste de la electricidad y otros costes de energía son los aspectos concretos con una peor valoración.
En cuanto a áreas de carácter más general, el entorno regulatorio es el que recibe una valoración menor. Aquí se mencionan como debilidades la rapidez y eficacia de los juzgados mercantiles y la burocracia. La estabilidad del marco regulatorio es otro aspecto que se cita como susceptible de mejora.
“Los aspectos fiscales relacionados con el trabajo obtienen valoraciones bajas, como las cuotas a la Seguridad Social sobre el trabajador o los incentivos y ayudas a la contratación”.
Es destacable también la baja valoración que reciben el dominio de idiomas, la capacidad de aprendizaje y la aceptación de responsabilidades y objetivos, tres aspectos que están vinculados con el sistema educativo, que se ha convertido en uno de los mayores problemas de la sociedad y la economía española -y como tal debería ser reconocido y abordado-.
A ello se añade que el área de innovación también obtiene una baja evaluación, señalándose debilidades como el volumen total de gasto público en I+D+i, la capacidad de innovación de las empresas y los incentivos y ayudas para que las empresas realicen I+D+i.
La internacionalización – en un sentido amplio: exportación, captación de inversiones extranjeras, inversiones de empresas nacionales en otros países- tiene un condicionante fundamental en la competitividad. Y ésta tiene a su vez un condicionante fundamental en el marco institucional -regulaciones y normativa, funcionamiento del sistema judicial, seguridad jurídica, etc.-.
Del estudio se puede deducir, como de otros estudios, como el Global Competitiveness Report del World Economic Forum, que la mejora del marco institucional es uno de los principales retos de la economía española.