Emiratos Árabes Unidos: una economía dinámica, diversificada y abierta al exterior
Antonio Bonet (presidente del Club)
Empresa Exterior
16 de octubre de 2019
Mapa de Emiratos Árabes Unidos. Fuente: Google Maps
Los países ricos en petróleo suelen tener dificultades para diversificar su sistema productivo, con el riesgo que comporta una excesiva dependencia de las materias primas. Sin embargo, Emiratos Árabes Unidos ha sabido desarrollar con éxito nuevas fuentes de riqueza al tiempo que ha creado un entorno de negocio favorable a la inversión extranjera. Prueba de ello es el privilegiado puesto que ocupa en diversos rankings internacionales en materia de facilidad para los negocios: se sitúa en el puesto 11 en el índice Doing Business del Banco Mundial, en el 9 en el Índice de Libertad Económica de la Fundación Heritage y en el 5 en el ranking de competitividad de IMD Business School.
Dentro de la región de Oriente Medio, Emiratos es, en efecto, uno de los países con menor dependencia del petróleo (30% del PIB y a la baja), mientras que sectores como la construcción o los servicios (en especial, finanzas, turismo o logística) están adquiriendo cada vez más peso en la economía local.
El hecho de contar con múltiples fuentes de riqueza —y con abundantes reservas financieras— ha permitido al país amortiguar la caída de los precios del petróleo. Mientras que otros miembros de la OPEP entraban en recesión en 2016 y 2017, Emiratos logró mantener los niveles de crecimiento en positivo. El peor año fue 2017, con un alza del 0,8% en el PIB. Desde entonces, la economía ha recuperado dinamismo y para los próximos años se prevé que alcance un crecimiento cercano al 3% anual.
Los siete Emiratos —Abu Dabi, Ajmán, Dubái, Fuyaira, Ras al-Jaima, Sarja y Umm al-Qaywayn— conforman un país pequeño en extensión (similar a Andalucía) y en población (semejante a Hungría), pero con un alto poder adquisitivo (como Francia) y con una gran estabilidad política. Además, cuentan con una ubicación geográfica privilegiada, a medio camino entre Europa, Asia-Pacífico y el continente africano, por lo que se han convertido en una plataforma de primer orden en el comercio internacional. Baste decir que su tasa de apertura comercial sobrepasa ampliamente el 100% del PIB.
El año pasado, Emiratos registró unas exportaciones de mercancías de 275.000 millones de dólares y unas importaciones de 245.000 millones. Los combustibles siguen siendo el capítulo estrella de la cesta exportadora, pero en los últimos años su peso ha disminuido hasta el 25% del total. Arabia Saudí, India e Irak son los principales clientes del país. En cuanto a las importaciones, predominan las piedras y metales preciosos, los aparatos mecánicos y eléctricos, y los vehículos, siendo China, India y Estados Unidos son los mayores proveedores.
Al analizar el comercio bilateral con España, llama la atención el gran superávit que registra nuestro país frente a una potencia petrolera como Emiratos. Las exportaciones españolas de mercancías en 2018 (1.565 millones de euros) fueron cuatro veces superiores a las importaciones (365 millones). Los principales capítulos de nuestro comercio exterior son los bienes de equipos, los productos químicos, la alimentación y los productos textiles. Por el lado de las importaciones, destacan las materias primas como el aluminio y el petróleo.
Por lo que se refiere a la inversión extranjera directa, Emiratos Árabes es el segundo destino más atractivo en Oriente Medio, sólo por detrás de Arabia Saudí. Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, el stock acumulado en Emiratos supera los 140.000 millones de dólares, cifra equivalente a un tercio de su PIB.
Si atendemos a las estadísticas de la Secretaría de Estado de Comercio, la inversión española es escasa —apenas un stock de 185 millones de euros en 2017— y se concentra en el comercio mayorista, los servicios de contabilidad, la fabricación de gases industriales y la ingeniería civil. No obstante, se estima que la presencia española en Emiratos es realmente mayor, pues las empresas eligen otras formas de implantación ante las limitaciones para abrir filiales de propiedad íntegramente española.
A este respecto, es preciso señalar que no existe todavía un acuerdo de promoción y protección recíproca de inversiones (APPRI) entre España y Emiratos Árabes, un instrumento que, desde el Club de Exportadores e Inversores, consideramos muy beneficioso para las relaciones económicas bilaterales.
Qué duda cabe que estamos ante un país interesante para las empresas españolas, como lo demuestra el hecho de que, hace escasamente tres meses —concretamente en julio—, el Ministerio de Fomento firmara con el Ministerio de Desarrollo de Infraestructuras de Emiratos un memorándum de entendimiento sobre infraestructuras, transporte y vivienda. Son sectores que ofrecen grandes oportunidades de negocio en el mercado emiratí, junto con el sector salud, energía, medio ambiente o turismo. La celebración el año que viene en Dubái de la Expo Mundial generará previsiblemente un flujo de 25 millones de visitantes, y representará una oportunidad para que nuestras empresas conozcan más de cerca un país con una economía dinámica, diversificada y abierta al exterior.