La “racionalidad regulatoria” como factor de atracción de la inversión extranjera

Por Enrique Fanjul, socio de Iberglobal y miembro del Comité de Reflexión sobre Internacionalización del Club de Exportadores

Este artículo pertenece al nº12 de la revista electrónica: “Proyección exterior de la economía española”. Haz clic aquí para leer la revista electrónica completa.

 

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“Racionalidad regulatoria”: es un concepto que fue mencionado en la presentación, en enero de 2023, del estudio “Barómetro del clima de negocios en España. Desde la perspectiva del inversor extranjero. Resultados 2022”, y que refleja la importancia que el marco regulatorio, y su estabilidad, tienen para las empresas extranjeras que invierten en España.

Se trata de la 15 edición de un estudio de referencia, basado en una encuesta entre más de 700 empresas con capital extranjero, sobre el marco de los negocios en España, elaborado conjuntamente por ICEX-Invest in Spain, Multinacionales por marca España y el International Center for Competitiveness (ICC) de la escuela de negocios IESE.

No ha habido sorpresas apreciables en la edición de este año. La valoración en general del clima de negocios sufre una muy ligera disminución respecto al año anterior, que se explica por la incertidumbre de la situación económica y política internacional.

El entorno regulatorio

El entorno regulatorio sigue recibiendo una valoración relativamente negativa por parte de los inversores extranjeros. En la presentación del estudio se volvió a resaltar la importancia de que este entorno regulatorio sea estable. Eso no quiere decir que no se puedan producir cambios, como se señaló en la presentación del estudio, pero éstos deben responder a una lógica justificada.

De ahí la expresión “racionalidad regulatoria”: es normal que haya cambios en el marco de regulaciones, pero estos cambios deben estar justificados, no pueden ser inesperados o responder a justificaciones arbitrarias, componendas u oportunismo político, etc.

Como se dice en el estudio, “La estabilidad del marco regulatorio es el tema más importante para los directivos consultados en esta área y un tema esencial de cara a la atracción y retención de inversión extranjera”.

Como es obvio, la estabilidad del marco regulatorio es una preocupación que afecta no sólo a los inversores extranjeros, sino también a las empresas de capital nacional, una preocupación que ha aumentado en los últimos años.

En el entorno regulatorio, el aspecto más criticado, al igual que en años anteriores, es la carga burocrática en el funcionamiento de la empresa.

También como en años anteriores, la rapidez y eficacia de los juzgados mercantiles es objeto de una valoración desfavorable.

Áreas con mejor valoración

Para los directivos de empresas extranjeras, las áreas más relevantes para el desempeño de su actividad son el capital humano, el tamaño del mercado, el mercado laboral y las infraestructuras.

Con la excepción del mercado laboral, se trata de áreas que reciben una valoración positiva. Algunos aspectos concretos que se valoran muy positivamente son la calidad de los aeropuertos, las carreteras, las estructuras y servicios de telecomunicaciones, los puertos y el tren de alta velocidad.

Aunque el capital humano es percibido en general de forma positiva, hay un aspecto del mismo que recibe una baja valoración, el dominio de idiomas, una limitación que España tiene enormes dificultades para superar.

Hay que señalar que en tamaño de mercado se incluye el acceso a mercados exteriores. Se reconfirma, por tanto, que España es valorada como una plataforma de acceso a otros mercados, en especial los de la Unión Europea (pero no únicamente: también son relevantes los países del Norte de África o Latinoamérica).

De hecho, la localización geográfica es el principal motivo que mencionan las empresas para instalarse en España, seguida del tamaño del mercado local y el acceso a otros mercados.

Áreas de mejora

Pasando a las áreas con peor valoración, en esta edición destaca el área de costes, seguida por la fiscalidad, el ya mencionado entorno regulatorio y el mercado laboral.

En costes han adquirido especial importancia los costes de electricidad/energía, que se han elevado en general en la economía internacional.

Otra área susceptible de mejora es el mercado laboral. La adecuación de la legislación laboral a las necesidades de la empresa, los costes de despido, los incentivos y ayudas a la contratación laboral, son aspectos susceptibles de una sustancial mejora.

En lo que se refiere a fiscalidad, las cuotas a la Seguridad Social son el aspecto con peor valoración, aunque muy próximo a la carga del impuesto sobre sociedades.

principales fortalezas

En la edición de este año llama la atención el retroceso en la valoración en el área de calidad de vida. Empeoran aspectos como el coste de la vida, la seguridad y la calidad del sistema sanitario. A pesar de ello, la calidad de vida sigue teniendo una valoración claramente positiva.

Las empresas con capital extranjero han tenido tradicionalmente un peso muy destacado en las exportaciones. Según esta última edición del Barómetro, un 70% de las empresas extranjeras encuestadas exportan a terceros mercados desde España, y manifiestan expectativas favorables cara al futuro.

El estudio refleja un grado alto de estabilidad en cuanto a los planes de presencia en España de las empresas extranjeras. El 84% de las empresas encuestadas aumentaron o mantuvieron sus inversiones en 2022, frente a un 88% en 2021. En 2023, el 84% de las empresas tienen previsto aumentar o mantener sus inversiones.

imagen articulo enrique fanjul

(Nota: los gráficos recogidos en este artículo han sido extraídos de la publicación “Barómetro del clima de negocios en España. Desde la perspectiva del inversor extranjero. Resultados 2022”, elaborada por ICEX-Invest in Spain, Multinacionales por marca España y el International Center for Competitiveness (ICC) de IESE)

 Artículo exclusivo para Club De Exportadores e Inversores.

Una tarea urgente e importante: mejorar el marco para el talento

Por Enrique Fanjul, socio de Iberglobal y miembro del Comité de Reflexión sobre Internacionalización del Club de Exportadores

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El talento se ha convertido, en la economía de nuestros días, en un factor clave para las empresas, y en particular para sus decisiones de localización de inversiones. España tiene ante sí retos de envergadura para mejorar su marco para el desarrollo, atracción y retención del talento.

Recientes estudios comparativos sobre el nivel del talento a nivel internacional, realizados por entidades de prestigio, y que son una fuente de referencia para las empresas internacionales, muestran efectivamente una posición de España que dista de ser óptima. El World Talent Ranking 2022 de la escuela de negocios IMD, sitúa a España en el puesto 32 de su ranking de competitividad del talento, entre 63 países considerados. Encabezan el ranking Suiza, Suecia e Islandia.

Además, la posición de España, como puede verse en el gráfico adjunto, se mantiene estancada, sin mejorar, en estos últimos años. España aparece por detrás de países como Chipre, Portugal, República Checa, Lituania.

Fuente: IMD World Talent Ranking 2022

Otro estudio de relevancia es el Global Talent Competitiveness Index 2022, preparado por la escuela de negocios INSEAD, y que también es una fuente de referencia para las empresas internacionales. Aquí España aparece en un puesto similar, el 29 (sobre un total de 133 países considerados).

En el estudio del INSEAD, Suiza vuelve a ocupar el primer puesto, seguida de Singapur y Dinamarca. España también aparece aquí por detrás de países como Portugal y República Checa, y prácticamente empatada con Chipre.

Fuente: INSEAD. The Global Talent Competitiveness Index 2022

Numerosos aspectos para mejorar

Estos estudios internacionales ponen de relieve una serie de aspectos del marco para el talento en España que merecen ser objeto de atención. Las rigideces del marco laboral, la inadecuación del sistema educativo y la escasa capacidad para atraer y retener talento son algunos de los principales elementos negativos.

En cuanto a las ineficiencias del marco laboral, España debe mejorar las políticas activas de empleo, la colaboración entre empresas y empleados, y la relación entre productividad y remuneración de los trabajadores.

De estos estudios se deduce también la inadecuación del sistema educativo en relación con las necesidades de la economía. España tiene buena valoración en número de estudiantes en educación superior, así como en la calidad de las escuelas de negocios. Sin embargo, obtiene muy mala valoración en lo que se refiere a población con educación secundaria (en el que, por ejemplo, España ocupa el puesto 83 en el estudio del INSEAD).

Es frecuente escuchar quejas entre las empresas sobre la necesidad de talento en ciertos sectores, particularmente los tecnológicos; en paralelo, un elevado número de titulados superiores tiene grandes dificultades para encontrar empleo.

La inadecuación del sistema educativo se refleja de forma directa en una de las variables consideradas, la relevancia del sistema educativo para la economía, que mide hasta qué punto el sistema educativo responde a las necesidades de una economía competitiva: España se sitúa aquí en un atrasado puesto 70 en el estudio de INSEAD.

Tradicionalmente se ha citado como uno de los principales obstáculos para el desarrollo del talento en España la escasa conexión que existe entre las universidades y las empresas. Esta es una diferencia clave entre España y los países europeos más avanzados. El limitado alcance de las prácticas en empresas durante el periodo de formación en la universidad, los obstáculos administrativos para compaginar una carrera profesional en una empresa con la enseñanza en la universidad, son algunos de los elementos que están detrás del alejamiento de las enseñanzas universitarias respecto a las necesidades del sistema productivo. La excepción en este tema son las excelentes escuelas de negocio con las que cuenta España, que ocupan posiciones de liderazgo a nivel internacional.

Superar la disociación que existe entre la universidad española y las necesidades del tejido empresarial es uno de los grandes retos del sistema educativo, que no recibe la atención que merece.

El valor de la experiencia internacional

Las empresas valoran positivamente a aquellos profesionales que tienen una experiencia internacional, adquirida mediante el trabajo en otros países, bien sea en empresas españolas o en empresas internacionales. Esta experiencia es muy positiva: permite conocer otras culturas de trabajo, desarrollar capacidades de comunicación intercultural y de adaptación a entornos diversos; en suma, potencia las capacidades para el trabajo internacional.

La experiencia internacional se relaciona también con otro aspecto que lamentablemente persiste en el tiempo como un serio lastre para la internacionalización de la economía española: las limitaciones en el conocimiento de lenguas extranjeras. Según el estudio de IMD, España ocupa el puesto 53 (entre 63 considerados) en cuanto a “habilidades lingüísticas”.

Como refleja el gráfico que recogemos a continuación (extraído del último informe “La Inversión Extranjera Directa en España”, de la consultora SIfdi), la disponibilidad de recursos humanos es un determinante clave (el 3º en importancia) en los determinantes de las inversiones extranjeras.

La valoración de España es manifiestamente mejorable, y creo que no se corresponde con su papel en la economía internacional. Mejorar el marco para el talento es una tarea, urgente e importante, que el país debe afrontar con la atención que merece.

Fuente: SIfdi

 Artículo exclusivo para Club De Exportadores e Inversores.

El futuro (incierto) de las cadenas globales de valor

Por Enrique Fanjul, socio de Iberglobal y miembro del Comité de Reflexión sobre Internacionalización

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(Fuente: Wikimedia Commons)

¿Hacia dónde se encaminan las cadenas globales de valor? El tema fue objeto de un debate celebrado el pasado 22 de noviembre por el Club de Exportadores e Iberglobal, en el marco de los webinarios sobre internacionalización que vienen organizando desde hace algo más de dos años. Participaron en el debate Antonio Oporto, consejero de TALGO, Carlos Bereciartua, director de Global Risk Consulting de Aon España, y Germán Bejarano, director de Relaciones Institucionales de Abenewco (cabeza de grupo de la antigua Abengoa), actuando como moderador Enrique Fanjul, de Iberglobal (se puede ver la grabación del webinario aquí).

En el trasfondo del debate se encuentran los cambios que se están produciendo en las cadenas de valor, cambios impulsados por la pandemia (y el riesgo de que se produzcan otras pandemias en el futuro, o catástrofes naturales), la guerra de Ucrania y las crecientes tensiones geopolíticas.

De la eficiencia a la resiliencia

El criterio dominante en la configuración de las cadenas de valor fue hasta hace poco el de eficiencia: se deslocalizaba, se trasladaba parte de los procesos productivos o se buscaban suministradores en otros países, con el fin de reducir costes, de aumentar la rentabilidad de las operaciones.

Hay que recordar que antes de la pandemia ya estaba en marcha un proceso de pérdida de fuerza de las cadenas globales de valor. Los motivos fundamentales eran económicos. En los países en vías de desarrollo el aumento de los salarios había hecho que el diferencial de salarios en relación con los países avanzados fuera menor, y por tanto había disminuido el incentivo para deslocalizar, o para suministrarse en estos países.

Se popularizó entonces el concepto de desglobalización. El comercio internacional había crecido anteriormente el doble que el PIB global. Con la llamada desglobalización, el comercio internacional pasó a crecer a la misma tasa que el PIB. Es decir, la elasticidad del comercio internacional en relación con el PIB pasó a ser de 1.

La pandemia estalló en 2020 y provocó grandes disrupciones en las cadenas de valor: cierre de fábricas, problemas de transporte por el cierre de puertos, interrupciones en la movilidad internacional de personas.

Como consecuencia de esas disrupciones, la resiliencia, la necesidad de asegurar los suministros, de protegerse contra los riesgos que pudieran afectar la regularidad de éstos, se convirtió en un criterio clave en la estrategia geográfica de las flujos internacionales de bienes y servicios de las empresas.

Las crecientes tensiones geopolíticas con China y la guerra de Ucrania han intensificado este proceso. Los países y las empresas han asumido que ahora deben prestar atención a la seguridad geoestratégica, la necesidad de garantizar, ante posibles riesgos geopolíticos, un control de actividades vitales en la economía. Se han establecido así mecanismos de control de las inversiones extranjeras en actividades económicas estratégicas.

Y en estos últimos tiempos ha surgido también un nuevo criterio en la configuración de las cadenas de valor, que está llamado a tener una importancia cada vez mayor: el criterio ético, de respeto a los derechos humanos. Alemania ha aprobado una legislación que obliga a las empresas a establecer sistemas de diligencia debida sobre sus cadenas de suministro. Las grandes empresas tienen que supervisar estas cadenas, para evitar que se den situaciones de trabajo infantil, violación de los derechos humanos, condiciones laborales abusivas. La Unión Europea en su conjunto está estudiando la implantación de una legislación similar de diligencia debida.

Nuevas tendencias en las cadenas de valor

Se ha empezado a hablar de diversas respuestas en el proceso de reconfiguración de las cadenas de valor:

– Relocalización al país de origen (reshoring).

– Acortamiento de las cadenas globales de valor, mediante el acercamiento a localizaciones más cercanas de actividades productivas que se encuentren en zonas geográficas muy alejadas.

– Producción en proximidad o regionalización.

– Aumento de las existencias de los bienes intermedios que las empresas utilizan en sus procesos productivos.

– Un mayor grado de diversificación en los suministros (y también en los clientes), de forma que problemas que puedan surgir con un determinado suministrador puedan ser compensados recurriendo a otros suministradores. Se trata de evitar que suministros esenciales dependan de una única fuente.

– Friendshoring, es decir, relocalizar hacia países “amigos”, con los que se compartan sistemas de valores políticos y sociales.

El cambio no será fácil ni rápido. Las empresas, y también los gobiernos, deben ser conscientes de que deben actuar con estrategias a largo plazo. Las cadenas de valor actuales se han construido a lo largo de periodos prolongados de tiempo, se ha invertido mucho dinero en su desarrollo.

Las empresas no pueden lógicamente prescindir del criterio de eficiencia. Pero deben buscar su compatibilización, que es inevitable, con criterios de resiliencia, seguridad geoestratégica, elementos éticos. Es un proceso de adaptación que supondrá costes: los beneficios de la globalización previsiblemente se resentirán.

Acceso a la grabación del webinario «El futuro de las cadenas globales de valor»

 Artículo exclusivo para Club De Exportadores e Inversores.

Charlando con Álvaro Bustamante, Técnico Comercial y Economista del Estado, expresidente de CESCE

La geoestrategia como condicionante de la actividad internacional de las empresas

Por Enrique Fanjul, socio de Iberglobal

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En estos últimos años el panorama geoestratégico del mundo ha experimentado cambios de gran importancia, que afectan de manera directa a la actividad internacional de las empresas. Éstas deben, en primer lugar, concienciarse de que hemos entrado en un mundo que ha cambiado mucho, y que exige un esfuerzo de adaptación, y la consiguiente asignación de recursos.

Esta sería la principal conclusión del webinario sobre «Efectos sobre la internacionalización empresarial de la nueva geoestrategia mundial» que organizaron el pasado día 25 de noviembre el Club de Exportadores e Iberglobal, en el marco de su ciclo de webinarios sobre internacionalización. En el webinario participaron Tomás González, de Idom, Ricardo Santamaría, de CESCE, y Enrique Fanjul, de Iberglobal, en un debate que fue moderado por el presidente del Club, Antonio Bonet.

Tres grandes desarrollos han configurado un nuevo marco geoestratégico. En la etapa del presidente Trump se inició la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que se está intensificando con el presidente Biden. Esta guerra comercial ha entrado en una nueva etapa con la adopción por parte de Estados Unidos de medidas para restringir la exportación a China de equipos y materiales para la fabricación de semiconductores, algo que puede tener serias consecuencias para los planes de la potencia asiática de convertirse en un líder tecnológico.

Después vino la pandemia, que ha provocado grandes trastornos en las cadenas de suministro, y en el comercio internacional y la economía en general.

Finalmente, en este año 2022 la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha tenido graves consecuencias sobre la economía, provocando disrupciones en las cadenas de suministro, aumento de los precios de la energía y por ello de la inflación -que ha llevado a los bancos centrales a adoptar una política de elevación de los tipos de interés que repercutirá negativamente sobre el crecimiento-.

Implicaciones para las empresas

Para las empresas las consecuencias de estos cambios son múltiples. Hasta hace poco, el criterio fundamental que guiaba su actividad internacional era el de eficiencia: el objetivo era abaratar costes, exportar más y en mejores condiciones, ampliar mercados, potenciar la rentabilidad, etc.

Con el nuevo marco geoestratégico las empresas deben incorporar otros criterios. En primer lugar, un criterio de resiliencia o de seguridad: hay que tener muy en cuenta los riesgos de que se produzcan disrupciones en las cadenas de suministro, y en general en el comercio internacional de mercancías, como las que se han producido en los últimos tiempos.

Muchas empresas ya han puesto en marcha estrategias para reducir estos riesgos: diversificando suministradores, acortando las cadenas de suministro, aumentando los stocks de bienes que utilizan en su proceso productivo.

En algunos casos, más extremos, la prudencia ha llevado a la relocalización a los países de origen de actividades productivas que habían sido deslocalizadas en el pasado. De ahí que se hayan popularizado nuevos términos como reshoring, nearshoring, friendshoring (éste es el más reciente de estos términos, que se refiere a relocalizar actividades productivas en países “amigos”, o lo que es lo mismo, países con los que se compartan valores como la democracia o el respeto a un mundo gobernado por reglas).

Las empresas deben por tanto analizar sus mapas de dependencia exterior. Deben identificar cuáles son los segmentos más críticos o estratégicos en sus relaciones comerciales internacionales. Y lógicamente deben identificar también cuáles son los riesgos principales a los que se pueden enfrentar.

Importancia de los sistemas de inteligencia

Como se señaló en el webinario, lo anterior supone la necesidad de desarrollar sistemas de inteligencia, a través de los cuales se recoja y analice la información necesaria para afrontar esas tareas. Es una actividad que requiere recursos, y ello puede plantear problemas para pequeñas y medianas empresas. El sector público debe cumplir aquí una función de apoyo a estas empresas.

Lo anterior se aplica también a los gobiernos. Si a nivel microeconómico las empresas deben identificar los riesgos más críticos, a nivel macroeconómico los gobiernos deben realizar el mismo análisis para el conjunto del país. En el webinario se citó por ejemplo el hecho de que en este año 2022 China ha pasado a ser el primer origen de las importaciones de España, superando a Alemania. Parece conveniente que se analice la dependencia de las importaciones procedentes de China, y hasta qué punto puede suponer riesgos cara al futuro.

España cuenta con buenas fuentes de inteligencia en el sector público. Entidades como CESCE, ICEX/Oficinas Comerciales, el CNI, las embajadas, generan inteligencia, y de buena calidad. Sin embargo, y como se apuntó en él webinario, se echan en falta canales más fluidos de comunicación entre la Administración y las empresas, para que éstas puedan aprovechar esas fuentes de inteligencia. En otros países de nuestro entorno, se señaló, existen unos canales de comunicación muy activos entre la Administración y las empresas, para compartir y aprovechar la inteligencia.

 Artículo exclusivo para Club De Exportadores e Inversores.

Club de Exportadores e Inversores: 25 años de apoyo a la internacionalización, por Antonio Bonet

Este artículo pertenece al nº7 de la newsletter: “Proyección exterior de la economía española”. Haz clic aquí para leer la newsletter completa.  
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(De izquierda a derecha) Mauro F. Guillén, decano de la CJBS; Balbino Prieto, presidente de honor; Xiana Méndez, secretaria de Estado de Comerio; y Antonio Bonet, presidente del Club.

En el año 1997 Balbino Prieto, nuestro presidente de honor, tuvo la iniciativa de hablar con una veintena de empresas exportadoras para buscar soluciones a los problemas que tenían en su salida al exterior. Ese fue el origen del Club de Exportadores. El objetivo era mejorar el entorno regulatorio y de apoyos a la internacionalización, facilitar el networking y el intercambio de experiencias entre empresas. No se pretendía replicar actividades que otras organizaciones empresariales ya hacían, como por ejemplo organización de misiones comerciales o formación en internacionalización, sino atender otras necesidades que las empresas exportadoras no tenían cubiertas.

El resultado, 25 años después, ha sido positivo, como se pone de manifiesto en el estudio que la empresa especialista en sondeos GAD3 acaba de terminar. Esta empresa ha realizado una encuesta sobre la percepción que se tiene del Club de Exportadores entre socios del Club, Administración Pública y medios de comunicación

No cabe duda de que el sector exterior de la economía española es muy diferente hoy de lo que fue hace 25 años cuando se fundó el Club. Entonces la exportación de bienes y servicios suponía el 23% de nuestro PIB; hoy, el 35%. El stock de inversión española en el exterior se ha multiplicado por diez alcanzando casi 500.000 millones de euros, convirtiéndonos en uno de los países del mundo con más inversión directa en el extranjero. España es, en términos relativos, un país más abierto económicamente al exterior que Francia o Italia. Los protagonistas han sido las empresas, pero me gustaría hacer una breve referencia al “granito de arena” que ha aportado el Club.

Más del 90% de los encuestados en el estudio recién realizado afirman que el Club ha contribuido a poner en valor la internacionalización, por ejemplo, a través de iniciativas como los Premios a la Internacionalización. Este año celebramos la vigésima edición. En las anteriores hemos premiado a empresas grandes y a pymes de sectores muy diferentes y con estrategias de internacionalización también muy distintas. Por solo mencionar algunos de los premiados e ilustrar estas diferencias, y sin querer quitar méritos a ninguno, citaré a algunas grandes empresas galardonadas como Acciona, Gestamp, Iberdrola, Técnicas Reunidas o Talgo, así como a algunas pymes como González-Byass, Grupo Daniel Alonso o Consultrans. Además, el Club premia todos los años a un funcionario o institución por su trayectoria de apoyo a la internacionalización. En esta categoría podría citar, entre otros, al Programa de Becarios del ICEX, a los trabajadores de ICO, Cesce y Cofides por el especial esfuerzo que realizaron durante la pandemia o a antiguos altos funcionarios como José Manuel Reyero, que fue vicepresidente del ICEX o al Embajador Jose Pedro Sebastián de Erice. Quiero resaltar, además, el apoyo que el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha prestado a estos premios desde su primera edición, presidiendo y acompañándonos siempre en la ceremonia de entrega.

El Club se siente orgulloso de haber promovido las Cumbres de Internacionalización, a las que desde su primera edición se sumaron la Cámara de España y el Foro de Marcas Renombradas. Nos sentimos muy honrados de haber contado con el respaldo de la Casa Real, que siempre ha apoyado la internacionalización empresarial. De hecho, hemos tenido el honor de contar en la II Cumbre, en el año 2012 con la presencia del entonces Príncipe de Asturias; en la tercera con la de S.M. D. Juan Carlos; y en la cuarta, que celebramos en el año 2020, de nuevo con S.M. el Rey D. Felipe. Este año, en otoño, celebraremos la V Cumbre de Internacionalización.

Uno de nuestros principales objetivos es fomentar el networking e intercambio de experiencias, para lo que el Club organiza numerosas actividades, como por ejemplo desayunos con nuestros embajadores y consejeros comerciales. Esto lo venimos realizando ininterrumpidamente desde hace casi 20 años, fruto de los acuerdos de colaboración que firmamos con el Ministerio de Asuntos Exteriores y la Secretaría de Estado de Comercio. En el mencionado estudio de GAD3, el 92% de los socios del Club consideran estos encuentros como útiles o muy útiles.

También han servido a este propósito los Grupos de Trabajo, propuestos y coordinados por una empresa socio, y de los cuales tenemos ya diez en funcionamiento. Además, han sido y continúan siendo una fuente importante de propuestas para mejorar el entorno regulatorio y la eficacia de los instrumentos públicos de apoyo a la internacionalización.

Creo que es justo reconocer que todas estas iniciativas, y otras muchas en las que no hay tiempo para detenerse, fueron ideadas y puestas en marcha por nuestro presidente de honor, cuya labor al frente del Club durante 20 años lo situó como la organización de referencia para la internacionalización de la empresa española. Y no solo en España, sino que también se nos reconoce a nivel europeo: somos vicepresidentes de CITHA, la Asociación Europea de Organizaciones Empresariales, como el Club.

Mas recientemente las recomendaciones y propuestas que plantea el Club surgen también del Comité de Reflexión sobre Internacionalización, creado en el año 2019. Este Comité ha debatido y aprobado 22 notas técnicas, que han sido elaboradas por diferentes expertos provenientes del mundo académico y de las empresas. El 91% de todos los encuestados por GAD3 considera que el Club “es un emisor de propuestas útiles para la internacionalización”.

No quisiera dejar de mencionar nuestra actividad de comunicación, que ha ido creciendo cuantitativa y cualitativamente, tal y como establece nuestro Plan Estratégico. El año pasado, por ejemplo, el Club tuvo 608 impactos en medios. Ello se consiguió gracias a las 23 notas de prensa que emitimos, a 44 declaraciones, 9 entrevistas y 20 artículos publicados. En redes sociales también ha aumentado significativamente el Club su presencia; contamos con 7.100 seguidores en LinkedIn y 7.900 en Twitter.

Antes mencionaba el espectacular crecimiento que el sector exterior ha tenido en estos veinticinco años. De hecho, la exportación de bienes y servicios fue lo que más contribuyó a sacarnos de la anterior crisis económica, la del 2008. La pregunta que ahora nos hacemos es si el sector exterior va a seguir siendo el motor del crecimiento en España.

Para que el sector exterior continúe tirando del carro son necesarias tres condiciones. La primera la tenemos: empresas con vocación de internacionalización y permanencia en los mercados. Ya lo han demostrado en estos últimos años y lo continúan haciendo a pesar de la difícil situación creada por la pandemia y la guerra de Ucrania. Pero necesitamos muchas más; en España sólo hay 59.000 empresas que exportan regularmente y de éstas únicamente 25.000 venden al exterior más de 50.000 euros al año.

En segundo lugar, necesitamos un entorno regulatorio y de políticas económicas que facilite la competitividad internacional de nuestras empresas. Hoy estamos perdiendo competitividad y no solo por tener una inflación superior a la de nuestros principales competidores, sino porque el elevado déficit y deuda pública que padecemos nos aboca a subidas de impuestos, salvo que se racionalice de forma drástica el gasto público y las pensiones. Además, es imprescindible que se acometan reformas estructurales de largo alcance que simplifiquen la burocracia y el entorno regulatorio, que faciliten que las empresas pequeñas se conviertan en medianas, que el sistema educativo forme a nuestros jóvenes en las competencias y habilidades que necesitan las empresas… Y muchas otras más que no cito por no alargar más este artículo.

Y la tercera condición para tener un sector exterior boyante es contar con políticas de apoyo a la internacionalización eficientes. Tenemos instrumentos públicos en temas de formación, promoción e información similares a los de nuestros principales competidores. Somos conscientes del esfuerzo que se ha realizado durante la pandemia. En general estamos satisfechos con lo que nuestras autoridades nos ofrecen, pero hay margen de mejora. En el caso de instrumentos de apoyo financiero, esenciales para hacer negocios en países emergentes, la diferencia con otros países de nuestro entorno es no solo presupuestaria, que lo es y bastante, sino también de agilidad en la gestión en algunos de los instrumentos y de voluntad de utilizarlos en algunos países donde nuestros competidores sí cuentan con apoyo financiero oficial.

El Club de Exportadores tiene vocación de seguir apoyando la internacionalización empresarial y de continuar haciéndolo durante otros veinticinco años. Pero además de seguir haciendo las cosas que hacemos bien, tenemos que adaptarnos a un entorno que está en constante cambio. Así nos lo han indicado nuestros stakeholders. Por solo citar uno de los retos, el 34% de los encuestados por GAD3 señalan que el Club “es una institución conservadora y que tiene que adaptarse”. Lo haremos. Para ello contamos con un equipo profesional que lleva dirigiendo desde hace muchos años de forma muy eficiente María Carrasco, nuestra secretaria general. Y contamos con el apoyo, el tiempo y la dedicación de las empresas socios, grandes y pequeñas, que son el alma del Club, y por supuesto, de nuestros socios patrocinadores, que este año son Santander, Enertech, Aon, Ico, Foce, Cesce, Propav y Cofides. Tendremos que estar muy atentos a los cambios en las tendencias, en los mercados y en las formas de hacer negocios y tendremos que adaptarnos a ello. Nuestro objetivo es que durante todos y cada uno de los próximos veinticinco años nuestros socios sigan considerando, tal como lo manifiestan actualmente el 81% de los mismos, que “el Club es muy útil o bastante útil para la internacionalización”.

 Artículo exclusivo para Club De Exportadores e Inversores.

Retroceso en la diversificación geográfica de las exportaciones españolas

Por Enrique Fanjul, socio de Iberglobal

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Las convulsiones de estos últimos años (pandemia, rivalidad geopolítica Estados Unidos-China, guerra en Ucrania), han ido acompañadas de un aumento de la concentración geográfica de las exportaciones españolas, rompiendo una tendencia de la época anterior. Diversificar geográficamente las exportaciones ha sido un objetivo tradicional de la política de internacionalización.

El cuadro adjunto nos muestra cómo ha variado la distribución geográfica de las exportaciones españolas entre 2019 y 2022 (con los datos del primer semestre de cada año).

Como vemos, la participación de Europa (UE más otros países europeos no miembros de la Unión; a recordar que Reino Unido ya no es miembro de la UE) ha aumentado de un 72 a un 73,8%. Con América del Norte (Estados Unidos más Canadá), tenemos el destino de cerca del 80% de la exportación española.

Todas las otras zonas geográficas pierden peso en la exportación española.

Distribución geográfica de las exportaciones (en % sobre el total). Primer semestre del año.

2019 2022
Europa 72,0 73,8
América del Norte 5,4 5,5
América Latina 5,0 4,6
Asia 6,3 5,7
Oriente Medio 2,5 2,4
África 6,6 5,8
Oceanía 0,7 0,5
Otros 1,4 1,5

Entre el primer semestre de 2019 y de 2022 las exportaciones españolas han crecido en 43.430 millones de euros. De esta cifra, 34.864 millones han correspondido a Europa, es decir, un 80% del total del crecimiento. Entre 2010 y 2018, por el contrario, Europa había representado un 65% del aumento de las exportaciones españolas.

Probablemente son muchas las personas que no saben que España exporta a Portugal mucho más (un 76% más en el primer semestre de 2022) que al conjunto de América Latina. Éste es un dato que refleja quizá mejor que ningún otro la posición relativa, en la exportación española, de los mercados emergentes y los mercados desarrollados.Mapa principales exportaciones españolas. Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Una idea bastante extendida desde hace tiempo es que es conveniente aumentar la diversificación geográfica de las exportaciones, en favor de los mercados emergentes. La razón fundamental es que estos tienen mayores tasas de crecimiento económico, y un mayor potencial de crecimiento como mercados a largo plazo, frente a los países desarrollados en los que el crecimiento es más moderado.

Un cambio de tendencia

De hecho la tendencia anterior era hacia una mayor diversificación. En el año 2000 Europa absorbió un 78,2% de la exportación española; en el año 2015, ese porcentaje había bajado hasta el 70,4.

Es demasiado pronto para analizar los motivos por los cuales se ha invertido la tendencia y se ha reforzado la concentración geográfica de las exportaciones en los países desarrollados. Pero cabe pensar que las convulsiones de estos últimos años, es decir, la pandemia, los conflictos geopolíticos, la guerra de Ucrania, han debido tener una influencia.

Los problemas de abastecimiento que se han sufrido como consecuencia de esas convulsiones han llevado a fenómenos como el acortamiento de las cadenas de globales de valor, la relocalización o reshoring de actividades productivas, una mayor prioridad a mercados más cercanos geográficamente, o más cercanos en valores, etcétera, que han podido tener un efecto en estos cambios en la estructura geográfica del comercio exterior. Por supuesto, no solo en lo que se refiere a las exportaciones sino también a las importaciones, aunque en este artículo nos estamos refiriendo a aquéllas.

Existen numerosas incertidumbres cara al futuro, y por eso resulta difícil hacer previsiones.

En todo caso, los países desarrollados siguen ofreciendo muchas posibilidades para el crecimiento de la exportación y en general para la internacionalización de las empresas. El contexto geopolítico actual, de crecientes incertidumbres y riesgos, refuerza además su posición.

No son mercados saturados para la exportación española. España tiene todavía un amplio recorrido por delante para ampliar su cuota de mercado en ellos.

Los países desarrollados ofrecen una serie de ventajas. Los países europeos están próximos geográficamente, lo que significa una mayor facilidad para viajar, comunicarse, trabajar. Cuentan además con una presencia de empresas y profesionales españoles mucho más nutrida que en otras zonas del mundo, lo que brinda oportunidades para sinergias, aprovechar sus experiencias, colaboraciones, etc.

Los mercados desarrollados tienen elevados niveles de renta (y, por tanto, de demanda), una mayor estabilidad institucional y un marco jurídico más seguro. Ofrecen asimismo altos niveles de solvencia, menor riesgo político y de impagos. Su mayor nivel de desarrollo hace que sea asimismo más fácil obtener información, identificar clientes y socios.

Compartir valores

Y, en los tiempos actuales, son países con los que compartimos valores en cuanto al sistema político y social, un factor que se ha revalorizado tras la brutal invasión de Ucrania por Rusia, el aplastamiento de las libertades en Hong Kong, las denuncias de violaciones en Xinjiang, y un lamentable y largo etcétera.

Las ventajas anteriores no significan que la exportación e inversión en los países europeos no requiera de la adecuada preparación. Hay empresas que piensan que exportar a la UE no es exportar, que es prácticamente como vender en el mercado nacional. En la UE no existen, en principio, barreras administrativas al comercio (arancelarias, cuotas). Pero el resto de las barreras a la internacionalización a las que se enfrentan las empresas siguen estando presentes, con mayor o menor relevancia según el tipo de país. Nos referimos a barreras culturales y de idioma, diferentes legislaciones en muchos aspectos, medidas proteccionistas encubiertas, preferencias de los consumidores, dificultad para identificar socios, etcétera.

Finalmente, no debemos pasar de uno a otro extremo. Está claro que los países emergentes han tenido tasas de crecimiento económico más elevadas, y que su potencialidad a largo plazo es muy alta, por lo que no deben ser minusvalorados, ni mucho menos. Pero los países desarrollados representan, no una potencialidad, sino una realidad de un peso decisivo.

Cada empresa, dependiendo de su tamaño, sector, competitividad, debe seleccionar cuidadosamente sus mercados prioritarios.

 

 Artículo exclusivo para Club De Exportadores e Inversores.